jueves, 24 de mayo de 2012

NO NOS ENTRAN LAS TABLAS DE MULTIPLICAR

Al cerrar los ojos y recordar nuestros días de escuela, temblando por el miedo que recorría nuestro cuerpo si escuchábamos nuestro nombre y debíamos salir al frente de la clase y recitar la tabla de multiplicar, aún sentimos frío y titubeo al calcular un producto de dos cifras porque fue un aprendizaje traumático e insensible, por cuanto todo se resumía en un ejercicio mental que te obligaba a repetir -una y otra vez- un rosario de dígitos separados por un aspa y un signo igual.

¿Qué hubiera pasado si hubiésemos ejercitado con ejemplos de la vida real? -Casi con seguridad, hubiésemos encontrado en el producto las consecuencias del juego de multiplicandos y multiplicadores que estaban presentes a nuestro alrededor y el resultado hubiese sido más comprensible.

A ver si se han aprendido bien la tabla del 1. ¿Cuál es el resultado de multiplicar 1 recién nacido que se queja por 1 recién nacido que no come? 

-Tenemos 1 problema de desnutrición, diría el niño con ganas de seguir contestando. Y realmente la desnutrición es 1 situación que nos compromete y nos debe estrechar con quien se queja y no come, llevándole las condiciones necesarias para que pueda disponer de alimento, los servicios oportunos para que sea atendido y la atención necesaria durante el embarazo y el parto para que hubiese tenido un peso ideal al momento de nacer.

Veamos algo más difícil. ¿Cuánto sale si multiplicas 2 niños no vacunados por 2 niños que nunca lactaron?. -

-Es fácil, señorita, son 4 problemas de salud, o sea, dos niños con problemas de crecimiento y desarrollo infantil y otros dos niños con enfermedades inmuno-prevenibles, que pueden dejar secuelas para toda su vida. El costo-beneficio de una vacuna nos debe obligar a ampliar la cobertura vacunal a todos los infantes, según un calendario pre-establecido y hay que educar a los padres para romper tabúes y barreras, transformando el respeto a los ancestros y sus mensajes en un alfabetismo participativo.

¿Y si multiplicas 3 países en guerra por 3 conferencias de buenas intenciones?. 

-Ahí, señorita, tenemos 9 poblaciones de refugiados, 3 por cada conferencia que no fue capaz de solucionar el conflicto. ¡Qué fácil sería aprender a dialogar para evitar campamentos de miseria y dolor, educar para la solidaridad ante la riqueza y la miseria, disfrutar de una naturaleza compartida y fomentar la hermandad sin fronteras¡.

Esta cuenta no la vas a resolver, estoy completamente segura, decía la profesora a la niña. ¿Qué pasaría si multiplicaras 4 niños secuestrados en un país por 4 niños sometidos a trabajos inhumanos en otro país. 

-Ja, ja, ja, esto sí que es fácil, son 16 violaciones de los derechos humanos. Se lo voy a explicar con detalle, 8 niños que no dieron su permiso para ser manipulados por mayores y 8 casos de personas marcadas para toda su vida; ahí está la semilla de una sociedad excluyente y perversa, al tiempo que tolerante con las desigualdades en el trato humano.

Señorita, ahora le hago yo una pregunta. ¿Y si usted multiplica 5 abuelitos abandonados por 5 jóvenes en el desempleo?. 

-Bueno, te voy a dar el resultado, en total hay 25 casos desprotegidos, pues nos olvidamos de cubrir las necesidades de 5 personas mayores, no asistimos a 5 ciudadanos en su derecho a un trabajo digno, complicamos la vida a 5 padres que deben albergar a sus hijos parados, sacamos de la escuela a 5 niños que deben trabajar para apoyar la economía familiar y ponemos en riesgo a 5 familias, humilladas por el destino al que le arrinconaron los despropósitos económicos y los confusos mensajes de unos elegidos por la democracia representativa.

Ahora pregúnteme, estoy listo para contestar. ¿Y si multiplicáramos 6 discapacitados por 6 mujeres víctimas de abuso sexual?. Esta pregunta sí es muy complicada, pero vamos a calcular. 

-Verá usted, habría 12 personas olvidadas de la sociedad y con miedo a integrarse, más 12 seres humanos frustrados en su afán de integrarse y más 12 proyectos de vida que consideramos nulos y que si tuviésemos la valentía de incorporar en nuestros propios proyectos nos impulsarían los momentos de libertad y comprensión; entre todos suman un total de 36. 

Qué bueno, me gusta este juego y estoy aprendiendo a multiplicar, pero cada vez es más complejo. Ahora me voy a preguntar a mí mismo cuál es el resultado de multiplicar 7 mentiras por 7 actitudes de odio.

-Y me voy a tomar mi tiempo, porque habría 7 voces que intentaron manipular, 7 incrédulos que quisieron creer, 7 seres humanos que demostraron actitudes violentas, 7 personas desconcertadas por no saber si el odio lleva mentira en su interior, otros 7 que nunca sabrán si la mentira generó odio, 7 que creyeron haber engañado y 7 que, al final, pensaron en sus momentos de reflexión que ni el odio ni la mentira los iba a llevar por buen camino y tomaron la decisión de alejarse a tiempo; en total, señorita, son 49 reacciones diferentes.

¿Y si tú, lector de este blog, multiplicas 8 sueños por 8 ilusiones?. 

-No te confundas y piensa despacio, pues al final vas a tener 64 oportunidades, ya que son 16 buenos momentos para proyectarte, pues son espacios de libertad para seguir creciendo, 16 necesidades que vas a resolver en tu propia vida o en la de quien está a tu lado, 16 metas que estás dispuesto a alcanzar y 16 ejemplos de vida que estás transmitiendo a las personas mayores abandonadas de la tabla del 5, a las víctimas de abuso sexual de la tabla del 6 o a los participantes de las conferencias de buenas intenciones de la tabla del 3.

Ahora quiero que un amigo mio multiplique 9 niños con enfermedad terminal por 9 banqueros con indemnizaciones millonarias. -Dime amigo ¿cuánto te sale?. 

-Verás, amigo mio, no es tan complicado, pues el total es de 81 dudas. 

Esta tabla sí que no te la entiendo, explícamela. 

Claro, al final todos tenemos 27 dudas de que los niños fallezcan viendo un mundo diferente donde los banqueros devuelvan lo que les sobra, 27 dudas de que los banqueros apoyen los programas de atención -sin esperanza- de niños que se van consumiendo esperando un milagro y 27 dudas de que alguien se proponga acercar a los niños y los banqueros para que los infantes les griten sus lamentos y los pseudo-pensionistas bancarios se sensibilicen en ese espacio del alma donde todos tenemos firmado el acta de nuestras propias convicciones y nadie ha firmado, jamás, alegrarse del dolor ajeno.

Mañana voy despierto al examen y que me pregunten la tabla de multiplicar, no sé porqué ha sido un martirio para otras generaciones, con lo fácil que es multiplicar lo que se ve y lo que se siente, el producto es  -ni más ni menos- la sociedad que hoy tenemos, pero que todos podemos cambiar si aprendiésemos mejor la tabla de multiplicar en el hoy y, por siempre, todavía.



Dr. Juan Aranda Gámiz.

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