domingo, 24 de mayo de 2020

CADA ETAPA ENCIERRA UNA LECCIÓN DE VIDA


Durante nuestra vida atravesamos diferentes momentos que nos dejan una marca o sellan una impronta y nos hemos acostumbrado a acogerlos y saludarlos, pero no los estudiamos par aprender del porqué llegaron y no pidieron permiso para quedarse entre nosotros.

Vivimos enfrentados a nosotros mismos, discutimos hasta con nuestra sombra y nos levantamos sin ánimo de abrazar a los recuerdos porque los creemos parte de otra historia pasada.

Y es por esto que los momentos se repiten y las enseñanzas quedan flotando en el aire, esperando que alguien las inhale y pasen a nuestra sangre, para colorearla de otra lección de vida aprendida.

No seremos mejores hasta que seamos capaces de detener nuestra marcha, mirar hacia abajo mientras nos sentamos en algún rincón y conversamos con el aire sobre lo que nos rodea y la improvisación, tan desmedida, de nuestra presencia en este planeta.

Los momentos, sin embargo, hay que analizarlos desde todas las esquinas y el mensaje que resulte debe ser parte de la enseñanza que seamos capaces de extraer, para bien o para mal. No podemos aprender de memoria lo que nos dicen ni consultar siempre la misma fuente para estar seguros de lo que explicamos a los demás.

Vivir es una experiencia viva, no podemos convertirnos en acumuladores de información ni autómatas en nuestros actos, porque entonces perdemos espacios de libertad.

Todo tiene un objetivo, en la mayoría de casos comercial, pero hay que tener presente que las diferentes lecciones de la vida han sido preparadas por alguien con la sabiduría necesaria de un excelente pedagogo, el que quiere presentar una idea, a partir de un problema, para que sea analizada y discutida en todos sus puntos cardinales.

Y cuando eso no se hace surgen las sospechas y se lanzan teorías, solo porque también otros abrieron esa oportunidad. Nuestra tarea, para reconocernos como seres vivos, es integrar las experiencias que atravesemos, puntualizar los detalles que escuchemos y señalar los enfoques que se han de presentar, con el único propósito de extraer el verdadero jugo de la noticia, que siempre se transforma en vivencia, muchas veces trágica.

Y si seguimos escuchando sin pensar, hablando sin comprender y viviendo sin sentir, estamos destinados al fracaso último de una extinción sin precedentes, porque la especie humana reconocerá que perdió la inteligencia de proponer, la oportunidad de cuidar y la sensibilidad por proteger.

Tu amigo, que nunca te falla




JUAN