viernes, 26 de octubre de 2012

¿TIENE VIDA LA BASURA?

Siempre hemos conceptualizado a la basura como todo lo que sobra y ahí metemos desperdicios y despojos, desechos y restos, palabras estériles y vida muerta, recuerdos y ofensas, recambios y tejidos desprendidos, alimentos no comercializados y medicamentos olvidados, objetos maltrechos y ruinas que queremos olvidar..

Cada día se recogen todas estas sobras y se disponen en terrenos abiertos, se procesan o se reciclan, pero no se ve el resultado o la transformación de la basura en tu propio refugio porque nadie te regala un papel para escribir o un saco de abono, a partir de lo que eliminaste el mes anterior y que el carro recolector se encargó de llevarse de la puerta de tu casa, al vaciar el cubo de basura en un contenedor.

Deberíamos aprender a mirar en la basura para darnos cuenta de tanta comida que se vierte y tanto papel escrito que se arroja, donde nos percatamos de la inconsciencia de un derroche tan presente en una sociedad tan necesitada y de la facilidad con que nos despojamos de ideas que pudieron convertirse en proyectos, pero a las que nadie prestó la atención oportuna por ser desempleado, mayor de edad, marginado o demasiado soñador.

A veces nos encontramos tantas toallas y pañales higiénicos de niños sobreprotegidos y escaldados, de ancianos con incontinencia urinaria que pudo prevenirse con una buena práctica médica urológica o de mujeres que renuncian a ser madres por falta de oportunidades o de criterio, de fuerza interior o de sangría vivencial al ser violadas, mientras que hallamos fetos sin vida, que nunca tendrán derecho a ser abrazados, abandonados en el contenedor de basura, como lecho de muerte, desprotegidos de trapos o pañales.

No somos capaces de plantear una alarma cuando falta la bolsa del sempiterno vecino, con el mismo color y colocada a la puerta de su casa a la misma hora, por dos o más días, creyendo que siempre fué feliz por disfrutar de su casa y luego vemos por television que se suicidó cuando iba a ser desahuciado, porque nos falta conciencia cívida de la realidad que vivimos.

Sacamos la bolsa o el cubo a la calle, cogiéndola con una mano que separamos del cuerpo  por el hedor que desprende o el líquido que rezuma, pero antes deberíamos saber si en nuestra casa ha cambiado algo en la basura, más papel desperdiciado o más heces líquidas, jeringas o medicamentos que desconocíamos tener en nuestro hogar, bolsas de plástico o recipientes vacíos que nos pueden provocar preguntas, u objetos que estamos tirando con rabia, a pesar de nuetro compromiso con otros seres humanos, como fotos o pertenencias y que pueden hablarnos de crisis depresivas por rupturas de una relación que puede terminar en tragedia.

No nos fijamos en quien busca en la obscuridad de la madrugada y tapándose por vergüenza para aprovechar un resto de comida, con instinto de supervivencia y desconociendo la cercanía de un centro de acogida, para seguir luchando en la calle con su agonía y su abandono, su crisis vivencial o su trastorno psiquiátrico.

Desconocemos si la basura habla o puede comunicarse porque no nos detenemos a observarla y escucharla, quizás asi aprenderíamos a ver en la basura signos de alarma de hemorroides no controladas o irregularidades del ciclo menstrual no abordadas, esputos hemoptoicos y restos de cabello trizado o pelucas por vecinos sometidos a quimioterapia por cáncer, animales envenenados por no arraigar un sentimiento de protección por las mascotas, presencia de ratas con el problema de salud pública que ello supone para la comunidad de vecinos o botellas de alcohol consumidas en silencio y que pueden ser el detonante de una violencia de género en la puerta de al lado.

Miramos la basura con asco y repugnancia pero hay que vivir alerta y ello exige mirar la basura para descubrir, porque es parte de nuestra tarea diaria en un mundo donde todos nos necesitamos y en el que la palabra ha sido sustituida por la tecla y el encuentro para dialogar ya no está de moda, habiendo sido superado por el encuentro virtual o cibernético.

En la escuela debe estar presente la basura y los niños debieran aprender a mirar en la basura, para construir historias de vida y de luz sobre el mundo en que vivimos, a partir de las diferencias entre los despojos, que son un reflejo de las diferencias sociales y encontrar en la basura las claves para explicar por qué hay tanta hambre y miseria si hay tanto derroche y quemeimportismo.

Si la basura tuviese vida propia haría lo que nosotros no hacemos, los plásticos se amontonarían para que se pudieran desechar sin contaminar el suelo, los restos biológicos irían a la policía para sugerirles una investigación, los papeles y cartones se irían a lavarse y reciclarse para luego presentarse en las escuelas convertidos en libretas nuevas y los restos orgánicos se transformarían en abono para los jardines de la comunidad, las grandes ideas escritas se irían a los grandes editoriales para que se las tuvieran en cuenta y en las consultas de los hospitales y centros asistenciales se presentarían los papeles ensangrentados, con el nombre y apellidos de los propietarios para que pudiesen iniciarse campañas de prevención y abordaje de trastornos ginecológicos y proctológicos, decubrir tempranemante un cáncer de próstata o de colon.

Sería interesante buscar asociacioens entre la basura y la falta a clases de los niños (niñas abusadas), la basura y la violencia de género, la basura y los cambios del estado de ánimo (notas de desaliento u órdenes de desahucio, recibos no cancelados u órdenes de alejamiento), la basura y los cambios bruscos de alimentación (por presencia de enfermedades o enrriquecimiento ilícito), entre la basura y el número de personas visibles en la casa (por posibles personas retenidas, rehenes o enfermedades debilitantes que ya no siguen la dieta normal), entre la basura y enfermedades (por el número de productos farmacéuticos), entre basura y animales muertos, basura y ropa vieja (porque se arrancó un nuevo proyecto de vida), cambios en la basura y servilletas manchadas de dolor (por hijos acogidos en el hogar, abandonados por una sociedad en crisis), basura y libros rotos, mezclados con vasos de plástico y olor a alcohol, jeringas y vómito (en hogares con cultura pro-alcohólica y miembros en contacto con las drogas), basura y colillas (cuando el tabaquismo anuncia lo que está por venir, a nivel pulmonar y cardiológico).

No dejemos pasar nada de largo por nuestras vidas, ni incluso en la basura, te lo dice tu amigo que nunca te falla.

Juan 


lunes, 22 de octubre de 2012

ENCUENTRA EN TU CUERPO LAS TECLAS DE TU VIDA

Todos los días nos sentamos frente a la pantalla del ordenador y tecleamos, con mayor o menor velocidad, para redactar un mensaje y tenemos aprendidas las posiciones, por lo que jugamos con los dedos y vamos elaborando palabras, con o sin sentido, pero necesarias para diseñar frases y completar un trabajo.

A veces me he puesto a pensar dónde tenemos las teclas escondidas en nuestro cuerpo, ya que hay momentos que necesitamos teclear y no sabemos a dónde dirigirnos. Creo que he llegado a descubrir su ubicación y quiero enseñaros cómo debéis actuar ante una situación concreta.

A: Adelante, no te pares. Debe estar en el entrecejo, porque ahí se nos mete una idea y nos genera duda, titubeando entre seguir o detenernos y en esas situaciones fruncimos el entrecejo.
B: Bravo, eres grande. Debe estar en la punta de la nariz, porque hasta ahí llega el labio superior cuando gritas esa palabra y es porque necesitas darte todo el ánimo del mundo, para empezar o porque acabaste bien.
C: ¿Cómo?. Debe estar en el centro del labio superior, porque cerramos los labios y despegamos el labio superior.
CH: Chascarrillo: Debe estar en la comisura labial, porque te sonrríes al contarlo.
D: Derecho: Debe estar en el mentón, porque cuando luchas por tus derechos te pones erguido y tiras para adelante con el mentón prominente.
E: Entregado. Debe estar en el corazón, encima de la tetilla, porque ahí duele siempre que estás ocupado y entregando tu tiempo y tu ser al servicio de los demás.
F: Fuerza. Debe estar en el biceps braquial, donde sale el músculo en el brazo, porque ahí concentras tu energía para superar todas las dificultades, cerrando el puño y los dientes, al mismo tiempo.
G: Ganas. Debe estar en el cuello, porque se te pone tenso cuando tienes ganas de luchar, aunque el cuerpo no te acompañe.
H: Harto. Debe estar en las pantorrillas, que es lo primero que se cansa cuando estás harto de tu trabajo y de una tarea que no concluyes hasta ese momento
I: Imitar. Debe estar en la ceja, porque es lo primero que se levanta si ves algo que te interesa y quieres imitar.
J: Juntar. Debe estar entre los dedos de tu mano, porque es lo primero que se extiende cuando se quieren juntar emociones y momentos para construir algo nuevo.
K: Kilo. Debe estar en el bolsillo, porque es lo primero que te tocas para extraer su contenido y evitar que siga sumando kilos.
L: Luto. Debe estar a la altura del bolsillo superior izquierdo, porque es donde te colocas el luto por el ser humano que se fué y no fuiste capaz de darle todo lo que necesitaba en vida.
LL: Llanto. Debe estar en el párpado inferior, porque es el que no es capaz de recoger las lágrimas que rebosan al sentir que perdiste una oportunidad por indeciso o caiste en un vacío por imprudente.
M: Miedo. Debe estar en el cabello, que es lo primero que se eriza cuando tienes miedo a lo desconocido porque has perdido la valentía de vivir.
N: Nada. Debe estar en cualquier punto del vacío, alrededor de tu cuerpo, donde crees que no hay nada y realmente vive el aura, esa carga que desprendes y que se conecta con otros seres humanos o los repeles, por eso eres aceptado o rechazado con la primera impresión.
Ñ: Medaño o médano (es una pequeña colina de arena que forma y empuja el viento, una duna) Debe estar  en la lengua porque con ella constuimos amistades, relaciones, empresas, proyectos o ilusiones que luego se las lleva el viento, porque a su vez lo hicimos sin estructura ni balance, sin un proyecto real sino con vanalidades y falsos discursos.
O: Otrora. Debe estar en las arrugas de la frente, pues al referirnos a otros tiempos arrugamos la frente para añorarlos o para distanciarnos, por buenos o malos contenidos o, quizás, por miedo a reencontrarlos o recocijo al revivirlos.
P: Pantalla. Debe estar en el cuello de nuestra camisa o jersey, porque es la pantalla con la que cubrimos nuestro interior, como cuando queremos colocar una pantalla a la realidad y evadirnos para no comprometernos.
Q: ¿Qué?. Debe estar en el cuello, porque es lo primero que se arruga cuando pronunciamos esta pregunta con una sóla palabra, lo que equivale a ponernos en estado de alerta cuando no estamos preparados para afrontar situaciones reales y nos vemos comprometidos en el día a día.
R: Rabia. Debe estar en la rodilla, porque es lo que mueve y menea al tener rabia porque al otro le fue bien, porque el experimento no terminó como esperábamos o porque no ganamos en alguna contienda, creyendo que ahí se acabó el mundo.
S: Suelo. Debe estar en la planta de tu pie, porque es lo que está más en contacto con el suelo, como siempre hay que estar (en un mundo real y controvertido).
T: Todos. Debe estar en los brazos, porque los abrimos, en forma de arco, cuando queremos incluir a muchas otras personas como importantes en nuestro proyecto de vida.
U: Unidad. Debe estar en el dedo índice, porque siempre lo levantamos al referirnos a la unidad, pues al fin y al cabo todos somos uno y toda nuestra vida (con sus proyectos y aspiraciones) se resumen en un sólo mandamiento (vivir para permitir que la vida de los demás pueda vivir regalándote vivencias que debes incluir en tu propio vivir)
V: Vida. Debe estar en la primera costilla, porque se estira para llenarse de aire, ya que la vida es aire nuevo que te impulsa a engranar la maquinaria de tu cuerpo y tu alma.
W: Flow (flujo). Debe estar en tu cintura, porque al moverla mueves y dejas fluir tu energía, recogiendo energías perdidas que siguen dando, con sus actitudes positivas, el flujo que tú necesitas para seguir adelante.
X: equis. Debe estar en tu cráneo, pues dentro de él surgen los interrogantes y las incógnitas con las que se debe levantar uno, todos los días, para intentar darles solución.
Y: ye. Debe estar en la sien, porque nos golpeamos ahí cuando no hallamos respuestas. Es la segunda incógnita con la que nos encontramos cuando ya resolvimos la primera (x) y creímos que éramos sumamente inteligentes, pero ante la que nos detenemos porque creemos que hay que desplegar demasiado trabajo. Para transformar la sociedad hay que vivir con interrogantes y procurar prepararse para resolverlas, esperando la siguiente, porque el encuentro de la verdad exige este camino en nuestra vida diaria.
Z: zeta. Es la tercera incógnita y debe estar en la punta del pie, porque lo usamos para patalear todo lo que nos encontramos a nuestro paso si nos sobrepasan los problemas, en lugar de tocarnos esa parte del pie y reflexionar qué solución le dimos a la primera y segunda incógnitas, sólo así caminaremos al encuentro de la respuesta que necesitamos para seguir caminando.

Quiero que teclees, en tu cuerpo, la palabra "amistad".

Respuesta: Tienes que tocar, en este orden:

1- A-    ENTRECEJO
2- M-   CABELLO
3- I-     CEJA
4- S-    PLANTA DEL PIE
5- T-    BRAZO
6- A-   ENTRECEJO
7- D-   PUNTA DE LA NARIZ

Se parece a un lenguaje de signos en el campo de batalla o para dar órdenes a los jugadores de béisbol. Es bueno practicarlo por el contenido que transmite y el esfuerzo que te exige, como te lo va a exigir una amistad verdadera.

Gracias por seguir siempre ahí, tu amigo que nunca te falla.


Juan.

lunes, 15 de octubre de 2012

EL DIÁLOGO Y LA DISPUTA, DOS PRIMOS HERMANOS

Hablar entre dos y para los dos es un diálogo que puede surgir de la nada o irse armando con el transcurrir de los momentos, a partir de una mirada o una chispa interior, lo cual no quiere decir que deba ser monótono ni aburrido.

Sin embargo, muchas personas consideran al diálogo como dos puntos de vista que deben converger o, en otros casos, debiera atraer al otro para que mis convicciones le embriaguen y le posean, de tal suerte que al cabo de unas horas terminan convencidos que ambos piensan y sienten como lo hace el dominante del dúo.

Hay que dejar espacio para la disputa, esa discrepancia o desacuerdo, resultantes de tantas historias vividas y tantos otros renglones reflexionados que se enfrentan en forma de debate, conflicto o controversia, pero donde el respeto por el otro y la consideración de verdad personal sobre una hipotética verdad absoluta nos debe conducir a aceptar a quien tenemos enfrente con sus vacíos y sus oportunismos, sus aportes y sus frases tan bien construidas y vivificantes.

Los primos hermanos comparten una sangre y una historia de vida, se relacionan y se enfrentan, hablan y juegan pero también se distancian y se cuestionan, porque se genera una rivalidad en principios y valores, oportunidades y metas; son, al fin y al cabo, como el diálogo y la disputa. Pero, al mismo tiempo, tienden a reencontrarse y usan la misma dirección de corre "http://familia.com".

El diálogo y la disputa, para que sean verdaderos, debieran comportarse como dos primos hermanos con puntos de vista diferentes pero confluentes en el único principio básico que debe regir la socialización de nuestras convicciones.

El diálogo con disputa es la esencia de la puesta en común de dos opciones frente a las que se han aportado planteamientos y dudas, las que han permitido el crecimiento esencial del otro ser humano, por lo que su verdad ha aumentado de peso y ahora se la ve más completa e integral, se ha despojado de la paja y lo superfluo para quedarse constituida sólo con la carne magra de su planteamiento.

Cuando este diálogo con disputa es bi-direccional y se respeta la dignidad del otro, manifestando paciencia al escuchar y tolerancia al hablar, se está construyendo una ruta por la que se pueden alcanzar todos los objetivos planteados al interactuar, motivados por un flujo de ideas que se quieren transformar en un libro de consulta para otros.

Para dialogar hay que aprender a hablar y para entrar en una disputa real hay que prepararse todos los días a través de la lectura y la atenta escucha, así se encontrará la disputa cargada de contenidos y el diálogo una cátedra que debe movilizar curiosos para aprender del debate.

No es malo discrepar sino imponerse y no es contradictorio enfrentarse sino caracterizar el orgullo de voces altisonantes que van a generar huidas insensatas y pueden condicionar arrebatos de trapos sucios que pueden trastocar el sentido de las relaciones humanas, cargándolas de humillación y menosprecio.

Seamos todos primos hermanos y aprendamos a dialogar entrando en disputa, sólo así, con la altura de miras de dos personas desconocidas que pretenden complementarse con un fundamento verdadero se puede crecer, con dos visiones y un sólo objetivo, madurar nutriendo nuestra auto-estima con los momentos de verdades que van surgiendo y no formaban parte de nuestra guía telefónica de valores que tenemos archivada en lo más escondido de nuestro ego.

Terminar en un encuentro lo que se transformó en disputa es la verdad que da nombre al diálogo, esa fuerza que va arrastrando momentos para transcribir en ellos el encuentro de dos miradas desconocidas que poco a poco van aprendiendo de su complemento del momento para estirarse y presumir de que somos seres incompletos, pero sujetos a modificaciones por la presencia viva del otro en nuestras vidas.

Gracias por seguir ahí, te propongo esta reflexión para seguir dialogando con esa disputa que nos lleve a un encuentro de paz y concordia, sabiendo que todos somos complemento de todos, en cualquier rincón y momento, por lo que tenemos que abrir nuestro corazón y nuestra mente hacia la verdad, que no es la suya ni la mía, sino la que estamos construyendo, en este momento y ante la mirada de quienes quieran aprender a ser seres humanos con un auto-concepto en continua transformación vital.

Estar orgulloso de ser lo que se es parte del encuentro con quien despierta en ti la pasión por seguir siendo, porque a partir del diálogo y la disputa se ofertan renuncias y concesiones que dignifican a quien las regala, pero al mismo tiempo se aceptan frases y verbos que van a engrandecer nuestro léxico, al estar cargadas de lectura y momentos de comprensión de quien quiso aprender para regalar esa verdad construida a medias.

Gracias por vuestra reflexión, vuestro amigo que nunca os falla.


Juan

domingo, 7 de octubre de 2012

QUIERO SER UN LIBRO DE CONSULTA PARA TI

Necesitamos tantos libros de lectura que a veces nos confundimos, pues recibimos mensajes diferentes según el nivel de preparación del autor, el enfoque de lo que está siendo tratado y el momento de su publicación. Sin embargo, acudimos a ellos porque también necesitamos descubrir significados, acaparar información para nuestro desarrollo personal y profesional o mejorar nuestro acervo cultural.

Sin embargo, esta información recopilada es poco pragmática, pues la almacenamos y nos reconforta saber más, pero no es tan práctica como quisiéramos porque no va acompañada de gestos o actitudes y eso es lo que concede un valor añadido a las palabras.

Sería maravilloso que un alcohólico, incapaz de abandonar su dependencia, pudiese encontrar en un amigo que ha atravesado por las mismas circunstancias, la respuesta para seguir luchando en su proceso de recuperación, pues manifiesta valor para decir "no" y capacidad de renuncia a las salidas con amigos informales y de oportunidad, pues por encima de sus instintos está la confianza que le debe a su familia, a quien le ha prometido no recaer jamás.

Sería digno mirar a quien tiene una personalidad estructurada y colmada de talento y amor para brindar y regalar, cuando no se sepa el significado de la palabra "solidaridad", o sea, estar siempre junto a quien te necesita, aunque no te lo pida. 

Es maravilloso el recorrido que empieza una mujer que acaba de parir a su hijo y no sabe qué debe hacer en la media hora siguiente para cumplir fielmente con su tarea y ve por el pasillo del hospital una mujer aconsejando a su hijo cuantas veces fueran necesarias, a pesar de que le falla otras tantas veces más, porque ahí está el verdadero significado de la palabra "madre".

Sería oportuno encontrar una pareja joven en la que uno de los dos se expone a una oportunidad de relación extra-matrimonial y está a punto de sucumbir a las intenciones que le llevaron a algún rincón de su vida, cediendo a cualquier oportunismo y ve parejas atadas por un abrazo, a pesar de sus grandes diferencias, porque supieron complementarse y luchar por no separarse jamás, por lo que debe aprender que la fidelidad es un compromiso y no un arte, que nos desarrollan mejor que otros.

Qué bueno sería pasar por una oficina y encontrar gente amable y dispuesta, respetuosa y digna, en predisposición constante por agradar y servir, pues esa es la página donde puedes conocer el significado de la cordialidad, mucho más allá de lo que diga el diccionario e incorporarlo en tu vida para dar testimonio de que has aprendido un concepto más, en el trato diario con quienes acudan a ti.

Qué interesante resultaría ver una película, con menos besos falsos y disparos de fogueo, cargada de ejemplos de vida, donde un vecino esté presente en la vida de sus paisanos más cercanos, en cuerpo y alma, para ofrecerle todo su contingente personal, pues si alguna vez te preguntases el significado de "ser servicial" no necesitarías leer un diccionario.

Pero lo ideal sería que fuésemos seres humanos integrales y que no necesitásemos ver pasar a gente por la vida, aprender de gente anónima ni ver muchas películas, sino que nosotros mismos luchásemos por "querer ser un libro de consulta para ti, para el otro", aprendiendo a ser mejores cada día y a poner en práctica todas las actitudes positivas que debieran ser motivo de consulta para los demás.

Conviértete, pues, en un libro de consulta para el otro, sabrás que ha llegado ese momento cuando alguien te diga "gracias, por lo que me has enseñado en silencio", "tú has sido mi diccionario en la vida", ese es el único liderazgo que merece la pesa seguir.

De tu amigo Juan, que nunca te olvida.

miércoles, 3 de octubre de 2012

¿SE HEREDAN LOS PECADOS?


Hoy he querido reflexionar sobre una pregunta que siempre me he hecho ¿Se heredan los pecados? y la verdad es que habría que definir "pecado" como la transgresión voluntaria de los preceptos religiosos, pero también hay pecados fuera del ámbito religioso, por lo que violar las normas morales sólo puede hacer referencia a un cierto número de pecados.

Se habla del pecado original que todos heredamos de Adán y Eva, nuestros padres, al morder la manzana, por lo que aquí tenemos una herencia de la que no hemos participado directamente, pero que cada vez que transgredimos una norma pre-establecida, a sabiendas que lo hacemos mal y que entraña un riesgo para mí y para mi entorno (conducir a una velocidad superior a la indicada en las señales de circulación sin medir el riesgo) estamos heredando un pecado.

Hablamos del pecado mortal, al cometer un asesinato, secuestro o violación, con conocimiento pleno de que se viola el mandamiento de Dios, pero anteponemos el machismo al respeto de ser singulares y, por tanto, diferentes y complementarios, iguales en nuestra distinta sexualidad ante un mismo ser superior, por lo que hay violadores y abusadores, maltratadores y criminales que han heredado un pecado y lo cometen, asumiendo la cárcel o el aislamiento social posterior, el arrepentimiento ulterior y hasta terminan atentando contra su propia vida.

Hay pecados capitales como la lujuria, la gula, avaricia, pereza, envidia, soberbia e ira, que siempre estamos imitando de quienes son grandes maestros en el arte de pecar y en nuestras actitudes diarias, nuestros comentarios y miradas, en las oportunidades que les restamos a los demás o en el trato con personas cercanas cuando comprobamos, muy a nuestro pesar, que somos avaros sin querer o nos vestimos de gula para aparentar, nos cargamos las pilas de envidia para escuchar y nos rebelamos de iras porque no todo va bien y eso es porque hemos heredado algún pecado y lo estamos actualizando con nuestros gestos y nuestros despropósitos.

El mayor problema no es que lo practiquemos sino que demostremos a quienes nos ven y nos oyen, a quienes miran nuestras manos balancearse por la soberbia o maltratar a una persona del otro sexo por ira, descargar nuestra avaricia en un mundo de necesidades o vestirse de lujuria mientras paseamos por un barrio pobre, que se pueden copiar e imitar fácilmente, porque ahí está el germen de la herencia de los pecados.

Aparte del ámbito religioso también hay pecado en evitar una contribución de apoyo y de solidaridad cuando te sobra tiempo para dedicarlo a los demás, anular una orden de búsqueda para alguien que cometió un crimen porque la ley tiene vacíos, restar oportunidades a quien se las merece porque es un momento de exigencias para todos, sustraer ocupando una responsabilidad porque crees que nadie te ve ni te controla, tocar una puerta con un martillo de oro cuando no hay escuelas para seres humanos que sobreviven en cada minuto, entre barro e inmundicia, prohibir un grito de rabia a quien está cansado de escuchar gritos de hambre entre los suyos, no dar curso a proyectos por miedo a gastos innecesarios, desconfianza en sus gestores o supresión de partidas que podían encarrilar momentos de desarrollo porque el progreso puede traer apareados otros reclamos.

Se heredan estos pecados y el prometer para buscar una excusa que obligue a aceptar la falta de compromiso real, sustituir la vocación política por el afán de prestigio, deducir un impuesto por hablar con otra música y cumplir años sorteando dificultades con propuestas que saben a cuchara vacía de garbanzos, aunque te digan que te pusieron un plato de callos y para encontrar un garbanzo necesites un submarinista.

Sí, se heredan los pecados, pues vivimos para dar ejemplo y no podemos transmitir que obviar y excluir, menospreciar y aparentar, dejar correr y cuestionar, negar y manipular, entorpecer y criticar, cotar y sentenciar, son actitudes que sólo van a servir para el momento, porque una vez que se imitaron se incorporaron a nuestro código genético, el de nuestra vida de relación y ahí se abandona el criterio del bien común y la solidaridad, el apego a las buenas costumbres y los ideales.

Manipulemos los pecados manejables, casi todos, para que no lleguen a heredarse y así podremos soñar con una sociedad del mañana diferente, a pesar de los cuestionamientos de la sociedad del hoy, enfrascada en una crisis de valores porque los valores entraron en crisis.

Gracias por seguir ahí, vuestro amigo.


Juan