martes, 28 de agosto de 2018

HOY ALMUERZO UN PLATO DE PRUDENCIA


Es fisiológico tener hambre y manifestarla, porque se pretende saborear y llenar las expectativas con lo que se tenga a mano. Pero al sentarnos frente al plato sólo vemos lo que tenemos que engullir y nada más, como si de un acto mecánico e inconsciente se tratase.

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de la visita que hicimos al amigo o al familiar enfermo y nunca le preguntamos por sus fuerzas y la necesidad de tener alguien a su lado, aunque sólo sea para compartir el dolor manifestado?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de la actitud que rompió una relación, en un momento de rabia o quebranto temporal, y que nunca más se logró recuperar del archivo donde almacenas lo que ya no te importa tanto?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de los momentos de reflexión rápida, en los que tomamos decisiones que nunca debimos adoptar si le hubiésemos dedicado más tiempo a pensar y menos a actuar con la velocidad del rayo?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de las verdades "a medias" que contribuimos a propagar, porque todo estaba condicionado por una envidia -nunca manifestada- y sabíamos que iba a provocar daño y dolor a un tercero, pero jamás lo evitamos?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de esa mirada que generó incertidumbre en la pareja o en el compañero de trabajo y quedamos a la espera de una respuesta que no podía llegar, jamás, en esas condiciones?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de los medicamentos que salieron al mercado y, al cabo de los años y muchos efectos secundarios, nos percatamos de la necesidad de hacer más estudios porque estaban ocasionando más daño del que ya tenían los pacientes?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de los abrazos que se rompieron y nunca se compartieron, porque tu estado de ánimo no te impulsó a acercarte a ese otro ser humano que quizás te esperaba con los brazos abiertos?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de las frases que se interpretaron al momento de salir de la boca de alguien y más tarde comprobamos que nunca se le pudo dar ese toque de agravio porque quien las pronunció nos demostró ser íntegro y verdadero ciudadano?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de las dudas que hemos generado por desconfiar de todo y de todos, cuando los demás tienen el mismo derecho a desconfiar de nosotros mismos?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de la apología de las convicciones neutras en nuestras manifestaciones, sin pensar en las víctimas que pueden sufrir por la deriva de los actos, en manos de quienes interpreten a su modo nuestras verdades?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de las noticias que hemos narrado a alguien, sin haberlas vestido antes de verdad?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de los errores cometidos en las relaciones inter-personales, a nivel de pareja o en la vida social, pensando simplemente que el tiempo lo borra todo?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de las imposiciones que hemos creado por creernos superiores o poderosos, por un minuto, sin sensibilizarnos con la posición de quien se siente inferior o sin oportunidades y nos aprovechamos de ello en nuestro propio provecho?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de lo que estudiamos de memoria, sin analizar la fuente y fuimos capaces de formar conciencias con verdades incompletas o mentiras recubiertas de falsa verdad?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de los pasos que no adelantamos para defender a quien más tarde sucumbió, con nuestra inacción como parte del castigo que nunca mereció, porque siempre se acompañó de una verdad irrefutable?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de quien decidió marcharse, sin mirar atrás, porque lo que dejó no merecía la pena atender ni escuchar, sintiendo un verdadero dolor de alma por haber sido ciudadano de este mundo?

¿Y si antes de probar bocado nos acordásemos de los instantes en que jugamos a ser dioses en la vida de los demás y las consecuencias las aceptamos como parte colateral de una guerra de propuestas en la que se debe considerar vencedora sólo a la nuestra?

¿Y si antes de probar bocados nos acordásemos de las deudas morales que acumulamos en vida y que no estamos dispuestos a pagar, por considerar que el dinero lo compra todo pero que el arrepentimiento no paga nada?

Tu amigo, que nunca te falla, te invita a que hoy, antes de probar bocado, cambien la sopa o la ensalada por un buen plato de prudencia, porque ese caldo sí te va a permitir vivir con mayor dignidad, con un estómago repleto de experiencias de vedad y te vas a quedar sin hambre en un mundo hambriento.


JUAN

domingo, 19 de agosto de 2018

VIVIMOS EL MOMENTO "DES"


Es cierto que somo animales "sociales" por naturaleza, pero nos estamos DESVINCULANDO de nuestra propia razón de ser, porque nos aislamos en un intento de llegar a ser los mejores y nos olvidamos de contribuir a la creación de un todo que genere bienestar para los demás.

Vamos camino de una DESINTEGRACIÓN en las relaciones entre comunidades y sociedades, por cuanto somos más solidarios con los cercanos o con aquellos a cuyo lado recibimos más aplausos con menos esfuerzo.

Precisamos una DESINTOXICACIÓN DIGITAL, para recuperar los diálogos en la familia y la discusión en el aula de clase, los recreos compartidos y las apuestas en común, frente a un tema de interés que reclama nuestra pasión y nuestro humanismo más ancestral.

Nacemos siendo observadores de un DESMORONAMIENTO de las fronteras mentales y la integración va ganando terreno, aunque siempre existe la llama encendida de la marginación, el amor por lo propio y el miedo a perder espacios de desarrollo.

Estamos asistiendo al DESMONTAJE de los grandes principios filosóficos que arruinaron vidas y determinaron impulsos incontrolables, por la fragilidad de los discursos y la capacidad de análisis de las nuevas generaciones.

Soñamos con una DESCALIFICACIÓN constante a todo lo que atenta a la moral y al urbanismo, venga de donde venga, aunque el calificado sea de cuello blanco o crea merecer el respeto del vulgo, como siempre se señala a quien escucha sin poder hablar, aunque algunos crean que el alma no sabe cómo expresarse.

Asistimos a un DESMEMBRAMIENTO de las grandes apologías, porque todos queremos nadar hacia tierra segura, donde cada quien es dueño de sus actos siempre que respete los argumentos del otro, tan importantes o más que los tuyos.

Nos comportamos con una DESNATURALIZACIÓN de los gestos y abrazos, aportándolos a destiempo y robándolos cuando son necesarios, sintiéndolos sólo en los dedos que se tocan y no en los corazones que palpitan.

Sentimos la DESPROPORCION que nadie narra ni calcula, en los que no tienen derechos ni lugar asignado, porque su voz no se escucha o sus lamentos se filtran en el suelo frío de un lecho que lo ocupa la hierba o la basura acumulada.

Asistimos a un DESPILFARRO en nombre de las políticas, cuando quien tiene que pagar lo necesario para tapar esos huecos, abiertos por inexpertos o usureros, nunca fue consultado al poner en marcha programas y proyectos que sólo beneficiaban a quienes escriben y no a quienes piden.

Generamos un DESCONCIERTO en las nuevas generaciones porque, a la vista de los ejemplos disponibles de conductas y actitudes válidas, no saben si seguir apostando por la posibilidad de un cambio de rumbo de sus líderes o por cambiarse de planeta.

Palpamos la DESIGUALDAD en el mar que deglute o en las zancadillas de fronteras improvisadas, en un reparto de migrantes en despacho o en las cuotas, con miedo a infiltrado, porque esta empieza en la atención a los países de partida, en relación a los ingresos de los países que se jactan de ser "de acogida".

Hacemos campaña de la DESUBICACION de todos quienes huyeron de un terreno para sentirse extraños en otro cercano, casi con la convicción de que unos no tienen porque no supieron administrar y que otros administraron porque estaban convencidos que podían acabar como los primeros.

Definimos la DESAPROBACIÓN como una postura, a favor o en contra,  sin que nuestra voz pueda tener un eco que cale hondo en las urnas, preocupándonos por el futuro sin aportar en el presente.

Y pensamos que no hay DESAJUSTE si estamos entre los beneficiados, aunque siempre dispuestos a luchar desde la acera opuesta si los bolsillos se sienten desafortunados, como si el criterio dependiese de la tienda en la que nos acostemos.

Tu amigo, que nunca te falla, desea que no te DESPISTES y que busques un rumbo para DESVIRTUAR las falsas esperanzas y los motivos consensuados, por la única verdad en el mundo en que vivimos, cargados de DESPROPÓSITOS, es DESDECIR constantemente tus valores para aspirar a DESMENTIR los nuevos eslogan, porque están cargados de la misma DESVERGÜENZA de siempre.

JUAN

miércoles, 1 de agosto de 2018

¿DONDE ESTÁ EL ERROR?


Hay días que nos creemos con un cierto grado de desatino y estamos convencidos que vamos a fallar, desacoplando nuestras intenciones del posible éxito de la empresa en la que hayamos invertido tiempo y esfuerzo, porque pensamos que todo va a salir mal por algún capricho del destino.

Luego, cuando todo pasa, repasamos y no encontramos causa alguna para afianzar nuestra sospecha y seguimos creyendo que todo estaba predestinado, pero nos queda el pellizco de seguir buscando en los antecedentes el posible error en nuestro caminar, o en el proceso de toma de decisiones.

Pero, si lo pensamos bien, el error nunca está escondido en la ejecución sino en la percepción que tenemos y en la poca reflexión que emprendemos cuando nuestros sentidos están en alerta.

Cualquier error cabe en la apreciación del entorno y en el estudio meticuloso de los pasos a cumplir para dar fin a una tarea, pero ahí siempre será responsable la inexperiencia, las prisas o la falta de estímulo que tuvimos al inicio.

Sin embargo, yo me refiero a otros errores más esenciales y profundos, a esos que nunca tuvimos en cuenta y que, si lo hubiésemos hecho, habría determinado otro sentido en nuestra vida diaria, porque ahí está, para mí, el secreto para abrirse camino.

Por todo ello, te dejo mi más reciente vídeo publicado en mi canal de Youtube y en facebook, Lo puedes ver pasando el cursor por la diapositiva y dándole click

                      



YOUTUBE.COM
LA VIDA SE CARGA DE ERRORES QUE SE RECTIFICAN AL APRENDER DE ELLOS Y VESTIRLOS DE OPORTUNIDADES PARA LOS…


Espero que sea de tu agrado y que los errores que sigamos cometiendo sean, única y exclusivamente, para aprender a recomponerlos, transformándolos en oportunidades para los demás y que de los errores a los que me refiero se sigan aprendiendo lecciones de vida que podamos transmitir a otras generaciones y así aportar a la construcción de un mundo más justo, dinámico, sencillo y veraz

Tu amigo que nunca te falla



JUAN