sábado, 6 de junio de 2020

¿Es correcto hablar de nueva normalidad?







Si queremos que todo siga como antes, con normas que dicten nuestro quehacer diario, copiando lo que fuimos y no proponiéndonos aprender a ser diferentes, tenemos que pensar en la "nueva normalidad". Es un modo de apelar a la misma realidad de antes, en un contexto nuevo de adaptación a las circunstancias derivadas de una situación excepcional.


Ahora bien, si lo que queremos es construir una realidad distinta, donde nosotros seamos los protagonistas de nuestras acciones, en libertad, sin condiciones ni regulaciones preestablecidas, más allá de la necesidad de darnos unas pinceladas de conciencia preventiva y sentido del bien común, tenemos que entablar una conversación en la que el tema nuclear de diálogo sea la "normalidad nueva".


¿Quieres viajar hacia un modelo de sociedad con participación activa y real en la construcción de tus entornos y realidades o deseas trasladar el pasado, con las ataduras sociales, a la nueva realidad que se nos avecina?


Aceptar una u otra opción depende, en última instancia, del concepto de libertad que tengas. Puedes creer que eres libre si, dentro de un esquema, tienes espacio para actuar, aunque estés vigilado, no seas dueño de tu información y tus sentimientos sean utilizados para programar tus compras, no seas dueño de tus relaciones, tengas que responder a proyecciones o se pueda influir sobre tus actitudes.


Ahora bien, si una nueva conciencia responsable se enamora de tí y tu solidaridad social es el nuevo carnet de identidad, aprendes a educar en valores y procuras aprehender la realidad, orientando tus pasos hacia un descubrimiento personal constante, es porque has nacido a una "normalidad nueva", el bautismo que nos hará más fuertes, resilientes, circulares, entusiastas y colaboradores en todos los ambientes de nuestra cotidianeidad.


Se pierde la normalidad cuando hay ausencia de cordura y se genera desconfianza en cualquier modelo, se desprendieron efectos que no fueron contemplados o la insatisfacción con las normas determina un derrumbe de principios y valores.


Alcanzar la "normalidad nueva" es parte del contenido de nuestro próximo paso, con el que haremos camino al andar, en palabras de D. Antonio Machado.


Juan