lunes, 30 de diciembre de 2019

MI TABLA DE LOS MANDAMIENTOS


Nacerás, crecerás y estudiarás para ser mejor cada día, creando una estela personal y profesional que merezca ser copiada y disfrutarás de las oportunidades sin robar los derechos naturales ni adquiridos de los demás, cobijado en la paz que tienes que promocionar y alentar, demostrando la capacidad necesaria para superarte en el día a día, llegando a enseñar a tu maestro las verdades que no te quiso, o pudo, enseñar.

Buscarás los espacios públicos para crecer, donde todos tengan las mismas oportunidades, alejándote de las recomendaciones y los engaños, los atajos y las pendientes, porque tu personalidad tendrá que ser real y lógica, prudente y sabia, de tal suerte que puedas hablar con tus hijos de lo entrañable de llegar a ser un ciudadano del mundo.

Investigarás el derecho de ser igual a los demás, como la fórmula necesaria para convivir, sin animar la subida de impuestos ni la bajada de opciones, contribuyendo siempre a estrechar las manos distantes y a aproximar las miradas divergentes, acercando pasos y entremezclando rutas, como la única manera de caminar en el mismo mundo, encontrándose en todos los senderos.

Aprenderás a hablar con la naturaleza para que puedan rectificarte el piar de los pájaros y el aroma del monte, lavándote tus impurezas el rocío de la mañana y salpicando la savia que brota hasta tu camisa, para que eches frutos lo más pronto posible.

Terminarás siendo parte de los padres biológicos, de acogida, del corazón o emprestados, pero nunca dejarás de formar parte de este ejército de seres humanos que necesita el mundo para que los hijos modulen nuestras voces.

Hablarás de lo que queda por vivir y no de lo vivido, porque la historia deberá ser la primera asignatura que todos aprenderán a tachar si no rellenó vacíos y, con ello, callarás lo que nunca hiciste.

Dormirás aprendiendo a soñar con cambiar las circunstancias y no a vivir con lo que el día te regaló, porque otros esperan a que les hagas parte de tu proyecto, con lo que vas a necesitar movilizarte para llegar a ser y dejarás de dormir por lo que otros te permitieron ser, sin merecerlo.

Trabajarás lo necesario para realizarte, sin procurar el abandono de las manos que te enseñaron ni las tetas que te amamantaron, utilizando el beneficio para sentir la paz del esfuerzo suficiente y el anhelo de cumplir lo prometido. 

Vivirás tratando a las personas como iguales y no como aparentes desconocidos, porque todos traemos el mismo pan, bajo el mismo brazo, cuando venimos o cuando nos vamos de este mundo.

Nunca tendrás en cuenta el dolor de la familia, el color de la camisa, la posición laboral, el orgullo engendrado o las miserias acumuladas, los pecados cometidos, la soberbia hecha carne ni las grandezas amontonadas para evaluar a otro ser humano, si antes no estudiaste las circunstancias que le rodearon, los vacíos que le alimentaron, la discriminación que le vistió ni los asedios a los que le sometieron. 

Tu amigo, que nunca te falla




JUAN 





1 comentario:

  1. Es una bella reflexión que todos y todas deberíamos de aplicarnos .
    Este mundo necesita más gente como tú y menos extremistas . TE QUIERO HERMANO

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