domingo, 16 de agosto de 2015

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS ES MUCHO MÁS

CONFERENCIA DICTADA EN EL GRUPO “LOJA” DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS.
“Un profesional de la Medicina habla de Alcohólicos Anónimos”
Dr. Juan Aranda Gámiz
Loja, 15-08-2015

“Alcohólicos Anónimos” es, para mí, la razón viva de un ejemplo que está abierto a las miradas de cuantos intentan esconder sus escrúpulos frente a quienes consideran que llevan en sus espaldas una “tara” y, sin embargo, acuden como curiosos a alguna reunión y les queda adherido a su cuerpo el mensaje transmitido, con voluntad y profunda sinceridad, del primero al último de los miembros del grupo.
“Alcohólicos Anónimos” es, para mí, un espacio amplio para que las miradas puedan contemplar las realidades de cuantos se presentan al mundo con cara de superación, porque quieren dejar atrás su adicción y necesitan la franqueza necesaria para destapar sus miedos y enfrentar los obstáculos que se van a ir presentando, incluso en su proceso de recuperación.
“Alcohólicos Anónimos” siempre se ha enfocado como un refugio de desadaptados y, sin embargo, es un albergue de visionarios que pretenden cambiar su vida a través del diálogo, proponiendo alternativas para transformar las barreras que la vida les impuso por oportunidades para imitar a valientes que salieron del submundo del alcohol y generarles capacidad de lucha para vivir con la serenidad necesaria para aceptarse a sí mismos como alcohólicos, en una búsqueda constante de ese valor para cambiar todo lo que puede a partir del momento en que decide romper con los lazos del alcohol, reconociendo que en el futuro que le espera está la diferencia que le va a hacer más humano, solidario, presente y ejemplo para los demás.
“Alcohólicos Anónimos” pretende transmitir a todos sus socios la búsqueda de la integración entre sus miembros, desde el grupo más pequeño a la asociación más voluptuosa, porque en el saber estar entre los demás, proponiéndose objetivos comunes al alcance de todos, estará el éxito y la supervivencia del grupo, como tal.
“Alcohólicos Anónimos” es una comunidad de hermanos, y no sólo de socios, donde la fraternidad permite reconocer los obstáculos superados por algunos, como enseñanza para los que se inician y las recaídas como proceso de reflexión para reconocer que el alcoholismo es un fenómeno social, porque la misma sociedad impulsa y arrastra y luego sufre, en propia carne, la degradación personal y familiar, con los matices de abandono y menosprecio que ello supone para los que están creciendo y encuentran en sus propios cercanos el motivo para abandonarlos y no la razón para quererlos.
“Alcohólicos Anónimos” es una ventana que, al abrirla, te permite dialogar y conversar con quien tienes en frente, porque tiene tus mismas inquietudes y deseos, no te va a cobrar por escucharte y espera encontrar ahí la fuerza para decidirse a dar el primer paso, tan necesario como difícil y transgresor.
“Alcohólicos Anónimos” es la sala de recuperación del hospital de la vida, donde las secuelas de tu adicción y los problemas generados en tu organismo se van cerrando y cicatrizan con las miradas de apoyo y los abrazos de verdaderos amigos, de los que sólo esperan verte para preguntarte cómo estás y no si estás dispuesto a emborracharte como un buen amigo de ellos.
“Alcohólicos Anónimos” es la camilla para que te dejes explorar en tus adentros y se te pueda recomendar que todos los días tomes “Sopa de letras”, de las letras escritas en los doce pasos o en las doce tradiciones, que puedas entender que es importante ponerle norte a tu vida y colocar ahí al verdadero capitán de tu propio barco, a Dios, para que guíe tu travesía por este mundo.
“Alcohólicos Anónimos” requiere de un tratamiento sencillo, pues sólo se te pide Paciencia (para escuchar a los demás), Tolerancia (porque antes deberás dedicar tu tiempo a otros que están peor que tú, los que luego te ayudarán a ti), Atención (porque hay que estar atento a los caminos de recuperación que otros abrieron en su vida, para imitarlos) y Humildad (por considerarte siempre el último).
“Alcohólicos Anónimos” es la mejor vacuna para no recaer, siempre y cuando te hayas administrado esa inyección de consejos, ejemplos, actitudes positivas y entusiasmo de tus compañeros del grupo, que son la mejor ampolla para que aprendas a decir “No” al alcohol y “Sí” a la vida.
“Alcohólicos Anónimos” es esa llamada de atención que te va a permitir esquivar la cárcel y las esquinas frías donde algunos compañeros duermen, después de haber sido robados y olvidados por otros, te va a evitar escalar hacia la droga y te va a permitir seguir teniendo una familia donde tus hijos se sentirán orgullosos de lo que haces y no de cómo te balanceas borracho, en cada noche que los ves.
“Alcohólicos Anónimos” es una vivencia constante de recopilación de experiencias personales que se intentan regalar a quien las necesite, como un aporte necesario para que quienes piensan constantemente en lo que les queda por recorrer hasta desprenderse del alcohol tengan el soporte vivo de quienes se sienten orgullosos de cumplir aniversarios abstemios y dan fe de ello sus familiares y amigos, aspirando a compartir una tarta con los demás y sin pedir nada a cambio por su lucha interior, conformándose solo con la mirada atenta de alcohólicos anónimos, unos incrédulos y otros impacientes.
“Alcohólicos Anónimos” es un momento para recuperar la dignidad de todo ser humano, aplastada entre las miradas de sus familiares, muchas veces llenas de odio y la carga de aislamiento de sus compañeros de trabajo, olvidados en el barrio y marginados en sus aspiraciones de liderazgo.
“Alcohólicos Anónimos” es una estrategia para recuperar lo perdido y hacerte grande en poco tiempo, pudiendo compararse con la leche materna, pues es barata, siempre está ahí para ti, disponible para cuando quieras tomar el mensaje y en el tiempo que lo desees, con un trato de verdadera madre.
“Alcohólicos Anónimos” es una lucha de emprendimiento valiente, donde sólo triunfan los luchadores que son, al fin y al cabo, los que llevan siempre la bandera de la pelea eterna contra la adicción y que son capaces de transmitir que sin ganas no hay superación, por lo que la valentía de afrontar las caídas y de superar limitantes, de solicitar el perdón y de buscar el reconocimiento de sus compañeros de grupo, van a ser las herramientas necesarias para todo aquel que se inicia en un grupo.
“Alcohólicos Anónimos” necesita de actitudes positivas, de seres humanos que vean la botella medio llena y de emprendedores y amigos de la verdad de la recuperación plena, generando modos de estar y de ser que motiven a los demás a seguir sus pasos, que abran camino en la selva de la indiferencia y la adicción, que sean los que carguen a sus hombros la responsabilidad de dirigir y encauzar las ideas y las propuestas, por el bien del mismo grupo, que debe crecer desde las mismas entrañas y para los demás.
“Alcohólicos Anónimos” requiere de personas que tengan una conciencia colectiva de grupo, es decir que dejen en la puerta de entrada el egoísmo y el individualismo, que piensen en los demás antes que en ellos mismos, que sean capaces de ser supervisores de las actitudes de los demás antes que de sus propios éxitos, pues en el avance del grupo estará siempre la recuperación de cada uno de vosotros. No hay grupo que camine si sus miembros toman caminos diferentes y el mayor número de recaídas siempre ocurrirá en grupos sin criterio unánime.
“Alcohólicos Anónimos” debe luchar por mantener vivo el espíritu de las tradiciones, porque son la semilla de la recuperación y el mejor baluarte para unificar los criterios necesarios para sustentar el crecimiento personal, como las patas de esa mesa de recuperación de todo alcohólico que aspira a recuperar su dignidad y su grandeza de ser humano.
“Alcohólicos Anónimos” es toda una institución que mantiene una opinión sobre la sociedad que sirve para la recuperación de sus miembros, asumiendo el derecho a la participación plena en la vida de cada uno de sus socios, siempre que sea socialmente aceptado y cada persona lo integre en su vida, porque no hay nada mejor en este mundo que abrirse, de par en par, para que otros sean los que ordenen tu filosofía de vida y te den las armas necesarias para luchar contra tu propia incertidumbre, al haber sido fundamentales en la recuperación de sus propios compañeros.
“Alcohólicos Anónimos” no celebra sesiones si no existe la responsabilidad personal, pues nadie debiera acudir aquí si cree que los demás harán todo por él o ella, ya que el primer paso hay que darlo desde el interior de cada uno y, basándose en el ejercicio responsable de buscar la paz y el equilibrio en la vida, mostrarles el camino para que otros tomen conciencia de su propia situación y acepten dar el primer paso, o sea, acepten su condición de alcohólico, tan necesario para superar otros que irán llegando poco a poco, más pronto que tarde.
“Alcohólicos Anónimos” es esa jorga de amigos que te espera, con los brazos abiertos, debiendo indicar siempre lo que necesita para que no la compares con otros grupos y decidas abandonarlo, porque en tu deseo de aportar estará siempre el beneficio para los demás, hasta que todos elijan al grupo sobre otras cosas en la vida de la calle.
“Alcohólicos Anónimos” pide el que logremos hacer crecer en el grupo un ambiente de democracia participativa, donde todos podamos ser todos y los mensajes puedan ser recibidos y compartidos, al mismo tiempo, que no seamos personas pasivas y receptivas de lo que otros nos indican sino que también participemos, con nuestras palabras y ejemplos de vida, en la recuperación plena de los demás.
“Alcohólicos Anónimos” es una lotería donde has cogido algún premio y tienes que aprovechar esa coyuntura en tu vida, porque te va a transformar tus condiciones de vida y te va a permitir hacer nuevos proyectos, permitiéndote ahorrar besos y no perderlos, tener respeto y no menosprecio, poder estar entre los demás y no lejos de todo y de todos.
“Alcohólicos Anónimos” no puede olvidarse de la autoridad moral de quien habla y participa, pues si deja de dar ejemplo con sus actitudes tampoco podrá dar ejemplo con la palabra, aunque arme bien las frases y de puñetazos en la mesa. El ejemplo es actitud y para aplicarla se necesita tener claros los conceptos y afianzar bien los principios. Debemos aprender a ser mejores en medio de los demás, no pudiendo aceptar que algunos disimulen con su presencia e intenten pasar desapercibidos, para que al alejarse tomen las decisiones que se le ocurran, sin pensar en el daño provocado al grupo.
“Alcohólicos Anónimos” mantiene el anonimato, porque desde esa obscuridad y sencillez se protege la identidad de cada cual y no porque el nombre pueda generar distanciamiento, sino porque todos tenemos derecho a vivir sin marcas ni dolor acumulado. A pesar de todo, creo que deberíamos lanzar a los cuatro vientos que el anonimato de quienes hayan superado barreras durante muchos años, acepten el aplauso y las lágrimas de entusiasmo de quienes quieren llegar a ser como ellos.
“Alcohólicos Anónimos” es, para mí, la escuela del aprendizaje más barato sobre nuevos estilos de vida para alcohólicos que desconocen las bondades de un conglomerado de personas que aspiráis a ser reconocidos todos por igual, aunque las diferencias estén condicionando el alcoholismo de otros y hacia allí deberíamos dirigir nuestras protestas y nuestra lucha, para que otros encuentren en vuestras voces un apoyo para su condición de trato y sumisión.
“Alcohólicos Anónimos” es un procedimiento que bien podría compararse a una carrera de fondo, donde ha habido una línea de partida (la fórmula que se ha encontrado válida para llegar al grupo, bien haya sido a través de amigos, familiares, conocidos o miembros del grupo, jefes o responsables, religiosos o buenos samaritanos), los primeros pasos que se dan para tomar energía en la carrera (que es el proceso de iniciación y que los miembros del grupo deben procurar que sea divertido, con un ritmo y un arte necesarios para atraer al indeciso observador), la carrera que ya está en marcha, con los barreras que hay que franquear (que son los obstáculos que se van a encontrar, como el señalamiento, el menosprecio de los demás, la consideración de ser humano frágil y condicionado, sin libertad) y la llegada a una meta (ese sueño de vivir sin alcohol y que se prolonga por toda la vida, pero que en cada paso que se vaya acercando a la meta se está dando fuerzas a los demás para que arranquen a correr la misma carrera de obstáculos que todos recorréis en vuestro empeño de vivir un día más sin alcohol).
“Alcohólicos Anónimos” se ve como un grupo de personas con múltiples enfermedades y padecimientos que van a determinar su decadencia en la vida, pero el simple hecho de querer transformar esa realidad me da pie para llamarles “Voluntarios Valientes”, porque por propia convicción os engranáis en una rueda con valentía, la que ofrece cada grupo al que pertenecéis.
“Alcohólicos Anónimos” se reconoce por dos letras “A” mayúsculas, pero estas letras también podrían decir:
01.  Ahora adelante
Porque es el momento de tomar decisiones y seguir siempre adelante.
02.  Asimilando actitudes.
Porque es el momento de aprender de las actitudes positivas de los demás.
03.  Allí alcanzaré
Porque es el momento de soñar con el momento en que logre dejar el alcohol.
04.  Aquí y ahora
Porque este es el momento y no puedo esperar más en mi vida para tomar decisiones
05.  Antes amar.
Porque es el momento de amar a los tuyos y a tus amigos, por encima del alcohol
06.  Ahora abrazaré.
Porque es el momento de abrazar las oportunidades que se te van a abrir ahora.
07.  Amarrando antenas
Porque es el momento de unir en un diálogo verdadero las inquietudes de todos.
08.  Anteponiendo almas
Porque es el momento de considerar antes a las almas que a las necesidades materiales
09.  Aparcando agobios
Porque es el momento de olvidarse de las preocupaciones y vivir a plenitud
10.  Asustando amarguras.
Porque es el momento de despegarte de lo amargo y aceptar las ilusiones vivas.
11.  Arrinconando armaduras.
Porque es el momento de esconder la armadura de hombre o mujer que aparentas ser y descubrirte como lo que eres, con la conciencia de que quieres aspirar a ser diferente para los demás, porque ellos se lo merecen y así te seguirán apoyando por amor y no por necesidad o coyuntura.
12.  Acercando amigos
Porque es el momento de aceptar la amistad en tu vida como soporte para seguir creciendo como ser humano, desde el interior del grupo de “AA” al que pertenezcas



Juan Aranda Gámiz (Un amigo de Alcohólicos Anónimos)

jueves, 13 de agosto de 2015

¿POR QUÉ NO HABLAMOS CON LA ROPA QUE NOS QUITAMOS?

Pretendemos reflexionar antes de dormir y reconocer si hicimos algo mal, si todo salió a pedir de boca o si no fuimos lo que esperamos ser, al enfrentarnos a determinadas situaciones en nuestra vida diaria.

A veces no nos acordamos si saludamos a alguien, nos olvidamos de las caras o los monumentos, nos quejamos por la aglomeración de personas y hasta nos sentimos indispuestos por la calor o el tráfico, pero al llegar la noche nos olvidamos de todo y no somos capaces de analizar si algo de todo ello dejó en nosotros algún mensaje o nos impregnó con su huella.

¡Qué fácil sería quitarnos la ropa y hablar con nuestros pantalones, preguntarle por los sillones que ocupamos y las palabras que quedaron atrapadas, por el estado de nuestras hemorroides, por el olor a orina que nos delate el problema de próstata que no termina de solucionarse, por las infecciones vaginales que no curan o por el meteorismo que nos fastidió durante toda la jornada, por el material de la silla que ocupamos o por el animal que se adhirió a algún pliegue y aprovechó más tarde para dejarnos una picadura en la nalga, por el peso que no controlamos y el apretón que le provocamos a nuestra cintura o por la protesta de nuestros gemelos al caminar, porque van pasando los años o porque recorrimos más que otro día.

Y si le preguntásemos a la camisa, nos hablaría de la sudoración de arrepentimiento al ver a ese alguien con quien no nos comportamos bien o el olor inundado de la colonia que se desvaneció, del aroma del beso que nos duró toda la mañana, de la calina de la sobremesa o de la luz que la atravesó en nuestra subida y bajada de escaleras para culminar algún trámite pendiente del día anterior.

Yo hablo con los zapatos y les pregunto si se sintieron cómodos, porque los pies están protestando por todas las esquinas, si quedó tierra amontonada de la playa o hierba de haber visitado los arrabales de la ciudad para algún proyecto de obra social, si se enfadaron porque no entendían las preguntas de quienes llevaban zapatos de la competencia o porque nos olvidamos sacarle brillo en la mañana.

Hay que hacerle algunas preguntas al pañuelo, para saber si estornudamos o si hubo sangre que brotó espontáneamente y necesitamos controlar nuestra presión arterial, si nos olvidamos del anti-histamínico para la alergia o si el aire que se exhala huele mal y eso nos está provocando un rechazo en la proximidad de las relaciones humanas.

Sería interesante preguntarle a nuestro reloj qué sintió a la hora en que nos declaramos, la hora en que me desperté o en el momento en que saludaba a personas con las que tenía que entrevistarme, dónde guardó la cita que tenía pendiente con la persona que quiero y que se me olvidó acudir o porqué no puedo mirarlo sino cuando hay algo que no interesa, si se paró por algún movimiento brusco o si sonó el despertador porque comprobó que estábamos agotados en la noche.

Los calcetines necesitan entablar una conversación profunda, pues nos van a aclarar si hay un olor que transmita los kilómetros recorridos o tiene envidia porque caminamos despacio, si sabe que es verano porque usamos más zapatillas que zapatos y si huelen a playa para que reconozcamos que estamos de vacaciones, después de regresar del baño y Del paseo por la orilla del mar.

Pregúntale a tu sombrero si hizo mucho sol, si te hace falta peinarte o si los piropos se quedaron a la sombra, si sudas más que los demás porque tienes algún tipo de anemia o si se te cae tanto pelo porque puedes tener un cáncer oculto.

A veces, pienso que si lográsemos que los pacientes con amnesia oliesen y hablasen con su ropa estaríamos invitándoles a que se descubran a sí mismos y si pudiésemos provocar en los niños que hablasen con su ropa dedicarían más tiempo al juego y al deporte, para evitar que el sedentarismo les condicione enfermedades cardio-vasculares, así estaríamos con un dato adicional para decirle al médico y así condicionar un diagnóstico más rápido.

Me imagino hablándole a mi cinturón si el vientre se hinchó mucho después de comer, porque pueda tener un problema de hígado o los triglicéridos me estén jugando una mala pasada, que me diga si ha tenido que bajar dos agujeros para abrocharlo porque esté perdiendo peso muy rápidamente.

De igual manera, reconozco el interés de escuchar al vestido de una profesora, a la bata de un médico o la sotana de un sacerdote, el casco de un ingeniero o la manga de la camisa, que está rozando el plano que tiene que presentar un arquitecto, para que opinen sobre nuestras actitudes y proyectos en la vida.

Yo siempre intento detenerme un rato, cuando me quito la ropa, no sé si llego a hablarles y mantener un silencio de encuentro, pero no hay que olvidar que la ropa no está para ponérsela y quitársela y nada más, sino que debiera tener otro sentido para encontrar el verdadero mensaje en nuestra vida en cosas tan sencillas como la ropa que llevamos puesta todos los días.

Tu amigo, que nunca te falla.


JUAN