viernes, 23 de junio de 2023

¿Por qué pensamos al revés?

 

Pasamos los días intentando estar atentos a las circunstancias, por lo que nos puede provocar un interés o despertar una inquietud. Al fin y al cabo, pensamos porque existimos o, quizás, existimos porque pensamos. 

Le damos vueltas a las cosas y decimos que "estamos pensando", cuando lo que hacemos es marear el tiempo para no perder oportunidades de tranquilizar nuestra angustia vital.

Lo suyo sería que pensásemos correctamente, o sea, desde el origen y así podríamos transitar por  los problemas para plantearnos, al final, el por qué del resultado. Sin embargo, siempre nos anclamos en el ultimátum o en el impacto, por lo que descuidamos sobremanera nuestro propósito de analizar los procesos,  es decir, cómo se llegó a ese punto y final, porque siempre tuvo que haber un principio y un "mientras tanto".

Hoy día nos hacemos algunas preguntas:

¿Por qué nos ha impactado la tragedia de la implosión catastrófica del Titán y no que se inobservaran los permisos necesarios para su desarrollo, como empresa?

¿Por qué el mar se queda con tantas vidas que intentan cruzar, en pateras, un océano o un mar agitados y no hay una cruzada para mejorar la calidad de vida en los países de salida  de seres humanos a la deriva?

¿Por qué resulta tan fácil pedir perdón por el error cometido, o el crimen consumado, sin que se estudien los determinantes de una conducta que pudo evitarse?

¿Por qué nos atrae tanto la Inteligencia artificial, aún a sabiendas que su desarrollo nos deshumaniza cada día más?

¿Por qué aceptamos a líderes elegidos, en democracia, si entendemos que hay rendijas por donde se cuela la farsa?

¿Por qué hablamos de lo que vemos y no vemos las entrañas de lo que posiblemente no lleguemos a hablar?

Pensar al revés es martirizarnos por un sentimiento de culpabilidad por lo que hemos llegado a ser (autómatas, monótonos, deshumanizados o despersonalizados), sin preguntarnos cómo estamos construyendo nuestra personalidad, en el día a día?

Pensar al revés es cuestionar que ahora estemos solos, sin pensar qué hizo el mundo para educarnos para la no-convivencia?

Pensar al revés es abrir un espacio de empleo para una necesidad sin preguntarse... ¿por qué surgió ese vacío?

Pensar al revés es invertir un dinero sin preguntarte de dónde viene.

Pensar al revés es quejarte de tu suerte cuando te dejaste llevar por los oportunismos.

Pensar al revés es criticar al otro cuando le educaste, en su momento, para ser competitivo y crítico despiadado.

Pensar al  revés es seguir mirándote al ombligo mientras que el otro no tenga adónde mirarse.

Pensar al revés es elaborar normas y leyes para mantener el "status quo"  (que quede todo tal y como está), porque a ti te va bien, sin analizar lo que estás dejando de apoyar con tus decisiones y que podrías estar contribuyendo a que todo quedase relegado al olvido.

Pensar al revés es creer que tú eres el centro del mundo  y puedes manejarlo, a tu antojo, y no que el mundo debe ser tu centro de atención para provocar los cambios que los demás necesiten para vivir sin menoscabo de sus derechos.

Pensar al revés es aclamar que todo está bien, cuando sabes que nada va por ese camino.

Tu amigo, que nunca te falla, te propone empezar a pensar correctamente, porque pensar al revés te llevará a ser parte de un montón que está en la esencia del verdadero cambio deshumanizante, por encima del mismo cambio climático.


Tu amigo, que nunca te falla



Juan

viernes, 16 de junio de 2023

Cinco y nada más

Creemos que las decisiones que tomamos surgen de manera espontánea y que siempre podemos dar una respuesta si la vida nos la exige "ipso facto" (en el acto).

Pues no es así. 

Si se presenta una situación que nos sorprende, incomoda, motiva o descontrola, se suceden una serie de pasos que yo voy a intentar resumir -concretamente- en 5:


1) Primer paso

Observar y extraer toda la información que puedas, porque hasta los detalles te permitirán cumplir con el segundo paso, sin alterar tu estabilidad emocional.


2) Segundo paso

Motivarte por la situación presentada o el conflicto generado, asumiendo que es algo necesario por inoportuno, aunque en el fondo vas a extraer una enseñanza que te va a aportar en futuros momentos de esta naturaleza.


3) Tercer paso

Sensibilizarte, en tanto en cuanto te pongas en el lugar de quien está sufriendo, recibiendo el castigo o atravesando por un corredor de circunstancias que le hostigan y le condicionan su estabilidad emocional y que influyen en sus entornos de relación.


4) Cuarto paso

A partir de la observación (primer paso) buscar los argumentos, alternativas, estrategias o enfoques para afrontar la situación, teniendo en cuenta el segundo y el tercer pasos. 


5) Quinto paso:

Encontrar el recurso que logre solventar la situación con el menor coste para tu salud, por lo que a veces se deberán pedir consejos o hurgar en los antecedentes, comparando con realidades parecidas.


Al final nos toca estar pendientes de la evolución, procurando adaptarnos al cambio que surgió como consecuencia de nuestra intervención y fortalecer nuestros soportes para aceptar las consecuencias mediatas y a mediano y largo plazo.


Ahí  radica la responsabilidad, madurez y entereza para vivir la vida. Y es este ejercicio de cinco pasos el que más ejemplo genera porque se lega un modo de vivir.


Quien sale corriendo se salta el primer paso.

Quien banaliza la situación se está saltando el segundo paso.

Quien no acepta el destino que le ha tocado es porque se saltó el tercer paso

Quien titubea es porque se saltó el cuarto paso en situaciones anteriores.

Quien no encuentra soluciones es porque se saltó el quinto paso y vive a la deriva


Tu amigo, que nunca te falla



Juan