domingo, 26 de julio de 2015

ESTÁ PROHIBIDO CUMPLIR AÑOS

Vivimos en un mundo pendiente de los años que se cumplen y nos acostumbramos a ver el envejecimiento como un proceso sin retorno y que tiende al desastre, pero la vida es algo más que cumplir años.

Todos tenemos que cumplir etapas en nuestras vidas y se nos debe notar en la cara los días recorridos y los minutos que ya dejamos atrás, pero nadie nos pregunta si tuvimos algún proyecto de cambio interior y cómo está el proceso de modificación para que vayamos creciendo acorde a nuestros propósitos y las aspiraciones de todos los que nos conocen, desde dentro y fuera de nuestra propia familia.

No valoramos el valor que tiene un ser humano que se ha propuesto cambiar por los demás y constantemente da señales de vuelco hacia la satisfacción de inquietudes por quienes, en lugar de felicitar por un cumpleaños, agradecen a la vida que durante una larga etapa tengan que decir "un año más de suerte por contar con gente como tú".

Si la felicitación se convirtiese en un simple agradecimiento a la vida por contar con alguien, sano o enfermo, se podría estar satisfecho de seguir mirando el calendario, año tras año.

No  creamos que el paso de los años nos da experiencia y madurez, pues es la tarea inconclusa, basada en objetivos plausibles y bien estructurados, la que nos debe impulsar a caminar sin miedo al peso de los años ni a las arrugas.

Es posible que salgan menos arrugas si somos capaces de alcanzar una madurez en nuestro proyecto de vida y el bastón puede que no fuere tan necesario si hemos sido capaces de caminar sirviendo y apoyando, construyendo nuestra ruta de crecimiento propio.

Las fiestas de cumpleaños, por tanto, deben transformarse en momentos de descubrimiento de lo que hemos sido capaces de diseñar para nosotros y para los demás, orgullosos de nuestro empuje y aventureros del apoyo que nos queda por entregar, en un esfuerzo máximo por convencerse que seguimos contribuyendo a la construcción de un mundo más igualitario y cargado de oportunidades para los demás.

Yo, personalmente, me doy cuenta de los años que pasan y lo que aún nos queda por alcanzar, porque nuestra propia exigencia es el deseo de estar más tiempo aportando y colaborando mejor en las ilusiones y estrategias de esos otros que nos ha permitido llegar a sus vidas.

No organicemos fiestas sino llamemos a muchas personas, en la familia o la comunidad a la que nos debamos, ya que en las veces que veamos al mismo niño en una clase más avanzada, a una madre con menos pesadumbre, a un empresario reestructurar sus ofertas, a un padre vender una oveja para un momento muy especial, a una abuela tejer un jersey (chompa) nuevo, a un hermano estrenar ropa de su hermano mayor, a unos libros que se renuevan en un hogar, a una mujer salir de una sala de partos, a un vagabundo rezar entre la nieve que cubre el portal donde duerme, a unos polìticos armar una conferencia anual o a un telediario reseñar que de nuevo están los campos en flor, sabremos que la vida sigue y que todos debemos apresurarnos a cumplir, un año más con nuestros propósitos.

Cada propuesta se convierte en un reto y, al mismo tiempo, en un limitante, pues por momentos intentamos armar nuestra batalla para superarla y por ello mismo se nos viene encima una tarea que creemos tan difícil que nos sentimos con pesadumbre y pesar porque los complejos de inferioridad nos invaden y abruman, nos coartan libertad y nos mantienen con el miedo usual de seguir cumpliendo años.

La sociedad nos debiera poner tareas, para que fuésemos capaces de hacer las cosas bien con quien se nos asignase y donde se nos ubicase, porque esta es la mejor manera de cumplir años, sin la vanidad de ocupar los mejores lugares ni el orgullo de ubicarse por encima de los demás.

En este año próximo, y gracias por las felicitaciones, mi propuesta es luchar por seguir siendo

TU AMIGO QUE NUNCA TE FALLA. Podré cumplir un año más si así se cumple y seguiré teniendo la misma edad si no he puesto todo mi empeño por alcanzar mi objetivo. Mi felicitación será el reconocimiento que no he fallado a nadie y mi tarta de cumpleaños será la alegría de saber que así fue todo.


JUAN