viernes, 16 de junio de 2023

Cinco y nada más

Creemos que las decisiones que tomamos surgen de manera espontánea y que siempre podemos dar una respuesta si la vida nos la exige "ipso facto" (en el acto).

Pues no es así. 

Si se presenta una situación que nos sorprende, incomoda, motiva o descontrola, se suceden una serie de pasos que yo voy a intentar resumir -concretamente- en 5:


1) Primer paso

Observar y extraer toda la información que puedas, porque hasta los detalles te permitirán cumplir con el segundo paso, sin alterar tu estabilidad emocional.


2) Segundo paso

Motivarte por la situación presentada o el conflicto generado, asumiendo que es algo necesario por inoportuno, aunque en el fondo vas a extraer una enseñanza que te va a aportar en futuros momentos de esta naturaleza.


3) Tercer paso

Sensibilizarte, en tanto en cuanto te pongas en el lugar de quien está sufriendo, recibiendo el castigo o atravesando por un corredor de circunstancias que le hostigan y le condicionan su estabilidad emocional y que influyen en sus entornos de relación.


4) Cuarto paso

A partir de la observación (primer paso) buscar los argumentos, alternativas, estrategias o enfoques para afrontar la situación, teniendo en cuenta el segundo y el tercer pasos. 


5) Quinto paso:

Encontrar el recurso que logre solventar la situación con el menor coste para tu salud, por lo que a veces se deberán pedir consejos o hurgar en los antecedentes, comparando con realidades parecidas.


Al final nos toca estar pendientes de la evolución, procurando adaptarnos al cambio que surgió como consecuencia de nuestra intervención y fortalecer nuestros soportes para aceptar las consecuencias mediatas y a mediano y largo plazo.


Ahí  radica la responsabilidad, madurez y entereza para vivir la vida. Y es este ejercicio de cinco pasos el que más ejemplo genera porque se lega un modo de vivir.


Quien sale corriendo se salta el primer paso.

Quien banaliza la situación se está saltando el segundo paso.

Quien no acepta el destino que le ha tocado es porque se saltó el tercer paso

Quien titubea es porque se saltó el cuarto paso en situaciones anteriores.

Quien no encuentra soluciones es porque se saltó el quinto paso y vive a la deriva


Tu amigo, que nunca te falla



Juan 

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