domingo, 13 de mayo de 2012

AYER ENTREVISTÉ A LA SOMBRA DE TU CORAZÓN

Hoy me siento periodista y no puedo sostener la libreta de notas porque me tiemblan las manos, desconozco quién será mi primer entrevistado y dudo hasta de mi templanza para sostener el hilo del diálogo que debo mantener, sin sorprenderme por atuendos ni deslumbrarme por algún relato de los que remueven la última mota de escombro que tengamos acumulada en el techo de nuestra personalidad.

De repente, agazapado en una pared esquinera, abrigado por un cartón desgajado en plena acera, con marcas de zapatos que llevarían mucha prisa, siento que algo se me acerca y solicita mi compañía:

   -¡Oiga usted¡, ¿me siente?
   -¿De dónde viene esa voz?, sólo veo mi sombra, porque la luz de la farola ilumina mi espalda.
   -Soy yo, señor, la sombra soy yo.
   -¿Y de dónde saliste? ¿De dónde te desprendiste?
   -¿Quiere escuchar mi historia y así le regalo su primera entrevista?
   -Bueno, no sé si me van a creer cuando diga en el periódico que entrevisté a una sombra. De todos modos gracias. Usted dirá, señora o señorita sombra.

Yo era parte del cuerpo de un señor egoísta que insistía en que su corazón no tenía sombra, ni podía tenerla.

   -Por cierto, señor, ...¿su corazón tiene sombra?
   -No lo sé y nunca me lo he preguntado, señora o señorita sombra.
   -Verá... dígame joven sombra, porque estoy creciendo, pero le voy a narrar mi existencia porque le veo perplejo y preocupado. Usted piensa que la entrevista va a ser un fiasco ¿verdad?
   -La verdad, ya no sé qué pensar.

Yo soy la sombra de un corazón, tengo forma de puño y todavía me estoy formando, cuando llegue a ser adulta tendré la forma de un regalo. Yo he hablado con muchos corazones y todos dicen que nunca se han visto su propia sombra, pero les he explicado que todo depende de que vosotros, los seres humanos, estéis dispuestos a recibir rayos de luz que vayan directos al corazón y ahí aparecerá la sombra.

Pero, vamos a ver, yo quisiera saber... ¿de dónde viene esa luz y cómo llega al corazón?

¿A usted no se le han llenado los ojos de lágrimas viendo una película donde la luz de una persona enamorada ha besado a la protagonista y no ha parado de hacerlo hasta el día de su muerte o cuando un niño desnutrido mira porque siente el calor de una manos donde cabe todo su cuerpo, sabiendo que tiene un minuto más de vida? 

  -Sí, muchas veces.

Pues en esos momentos, cuando sentimos dolor y nos devuelven agradecimiento o cuando entregamos verdad y nos demuestran fuerza y esperanza, ahí hay un rayo de luz y entonces aparezco yo. Al ir formándome doy un grito porque el corazón me ha parido a la vida y me encuentro con la sombra de otros corazones impresionados por la bondad y el apoyo, la alegría y el encanto de hallar un latido de ilusiones.

Cuando alguien se nos va para siempre y lloramos, al compartir lo que tenemos con quien le da pena solicitar más de lo que necesita, al sentir una mano que golpetea nuestra espalda y al considerarnos afortunados por imitar una conducta que vale la pena, al despertar de un sueño y vestirse de disposición y ganas, al encontrar felicidad un niño en una caja de cartón mientras duerme o alegría cuidando el cuerpo frío de una mascota que se nos fue para siempre, ahí hay una sombra y así voy creciendo con distintas experiencias.

Hay momentos en los que se mandan fuerzas con el pensamiento y palabras de reflexión por correo, cuando transformo mi vida para estar presente en otras vidas y cuando recibo un beso por haber sido sencillo, humilde y franco, al abrigar a una abuela que ya no protesta por nada o al dedicar las horas del parque a juntar ropa vieja para venderla y regalar ilusiones por Navidad a mis amigos de los arrabales; ahí también aparezco yo y reconozco que es cuando más crezco y me desarrollo.

Cuando dejo mi libro para que otro niño lo aproveche, cuidándolo como si fuese mío, al ejercer mi profesión o mi actividad con dignidad, al defender a los que no tienen derechos, al gritar porque la escarcha nos bañe a todos por igual y al proteger especies amenazadas o pueblos no contactados, al recomendar prudencia en la carretera y al acompañar a un enfermo terminal en sus últimos días, regalándose horas de mi tiempo de estudio, al reconocer la verdad y luchar por ella aún sintiéndote salpicado; en todas esas situaciones ¿también apareces tú, joven sombra?.

   -Si, ahí estoy yo.

¿Y cómo poder verte y saludarte?

Es fácil, cuando encuentres vida en el otro, es porque hay luz y entonces, sólo entonces, seguro que hay sombra.

   -Me voy, porque allí va pasando una mujer que ha visto llegar a su hijo de la guerra, sano y salvo, después de tres años de ausencia y se va a iluminar el corazón, luego me voy a pegar porque va a dar una sombra muy grande.

   -Gracias joven sombra por mi primera entrevista.

Mañana, cuando salga a la calle, le voy a susurrar a la primera persona buena que vea: ¡Oye, ayer entrevisté a la sombra de tu corazón, seguro que era la tuya, no la pierdas más¡

 -Estoy feliz de ser periodista. Me voy a ver ante un espejo, quiero ver la sombra de mi corazón, ahí sabré que sigo siendo feliz hoy, y por siempre todavía.


Dr. Juan Aranda Gámiz

2 comentarios:

  1. Es una maravillosa reflexión el pensar que nuestro corazón tiene una sombra a raíz de la luz que éste emite, luz que se origina al experimentar sentimientos tan básicos como la alegría, compasión, esperanza, y el amor, pero aunque son sentimientos que deberían ser propios del ser humano, estamos perdiendo contacto con ellos, nos estamos deshumanizando, preferimos la venganza al perdón, la guerra a la paz, la negatividad al positivismo, el odio al amor, somos esclavos de nuestras bajas pasiones, de nuestros más perversos instintos.
    Ojalá y todos tuviéramos una sombra en nuestro corazón!!!

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  2. Consuelo Margarita 29 de Mayo 2012

    Me lleva a reflexionar si en mi corazón encuentro en primer lugar paz interior ....si tengo paz cuáles...? son los brutos que estoy dando en mi entorno familiar y laboral...es que realmente me considero una persona optimista y entonces soy parte de la solución de un problema o soy un persona vacía sin sombra desde su corazón...y entonces me pregunto porque frutos de sombra debo empezar...

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