domingo, 8 de enero de 2017

TE REGALO UNA PALABRA

Si este año fuese "el año de los regalos" yo estaría dispuesto a regalarte -para todo el año- sólo una palabra, porque me sale de lo más profundo del corazón, la escribo y la pronuncio siguiendo el alfabeto del alma y ha sido aprendida con mi propio esfuerzo, si me desprendo de una la relleno con otra y la incertidumbre de no saber si llegó a calar hondo me mantiene atento a otros muchos seres humanos y sus circunstancias del día a día.

A tí que sufres una enfermedad terminal o está diagnosticado-a de algo que crees que va a ser insuperable para tí te regalaría la palabra "vehemencia", porque implica un compromiso cargado de fuerza y fè ciega en el propósito de salvar los obstáculos que se presenten, a costa de los esfuerzos que haya que implicar en el propósito.

A tí que te encuentras denigrado, apaleado, humillado y vilipendiado, te regalaría para este año la palabra "centinela", porque en la vida hay que buscar una ubicaciòn desde la que te puedas dar cuenta de las actitudes de los demás, antes de que te alcancen, para protegerte y defender tus propios derechos.

A tí que no tienes ese derecho de recibir un juguete y vives a expensas de quien quiera hacer notorio su ánimo altruista, subiéndose a alguna tarima a regalar parte de su esfuerzo, haciendo comerciales los sentimientos aunque haya samaritanismo en lo que algunos comprometen su tiempo, te regalaría la palabra "intuición", esa capacidad de percibir algo sin la intervención de la razón, e intentaría darle vida a juguetes muertos y habilitar un espacio en el diván para armar los pedazos de trastos con las ilusiones y los proyectos rotos de tu vida, con lo que estarías reviviendo tu orgullo y tu dignidad, sin razonar si lo que hacen otros para mí es bueno o malo.

A tí que vives en una familia de desencuentros y te sientes en la soledad más triste y distante, te regalaría la palabra "redes" para que sustituyas el tiempo arrinconado por la oportunidad de entablar comunicación hasta con el vacío, buscando las palabras para esperar pacientemente respuestas, porque en la entrega a los demás se encuentra siempre la oportunidad para seguir creciendo en libertad, de lo que aprenderás a aprovechar momentos para dar lecciones de vida a los tuyos hasta que integres esa maraña familiar de diálogos constantes.

A tí que estás al margen de todo y olvidado por la sociedad, quejándote constantemente de tu suerte, te regalaría la palabra "inmanencia", para que busques en tu interior aquello que siempre va contigo y que puede ser la causa de lo que te ocurre, sin necesidad de culpar a nada ni a nadie, porque seas auto-exigente o auto-complaciente, te creas auto-suficiente o seas considerado auto-destructivo.

A tí que acabas de atravesar situaciones de pérdidas y vacíos, traumas o despedidas, te regalaría la palabra "resiliente" para que saques fuerzas de donde no la fabrican y seas capaz de superar todas las adversidades en tu vida con la calma de un luchador convencido.

A tí que no te miran ni te tocan, que no te señalan ni te mencionan, te regalaría la palabra "inefable" para que otros entiendan que siempre hay algo en la condición humana que no puede ser descrito ni dicho con palabras y que se necesita tiempo y profundidad de miradas para darse cuenta del sufrimiento de ese otro ser humano que, en este caso, eres tú.

A tí que no sabes elegir el camino y estás a la deriva, que no te preguntas por el bien o el mal, que nadie ha sabido detener tus pasos antes de cometer las locuras que cuentas entre tus hazañas y que volverías a hacerlo porque tu código moral está resquebrajado, te regalaría la palabra "nicho" para que hagas un hueco y te conviertas en una estatua forzada para que el viento te señale la ruta que debes escoger en tu vida cuando la erosión desmorone tus malos propósitos.

A tí que vives secuestrado por la dominancia de género, por la opresión política o económica, por la lucha de clases, por los oportunismos de la vida rancia, por la imposición del credo o por la alienación vigente, por las fronteras de barro seco o por las aguas que degluten vidas en medio de los océanos, por las luchas fratricidas o el desinterés estatal, te regalaría la palabra "lìmpido", para que tu lucha de este año sea por alcanzar que los gestos y las maniobras, las propuestas y los proyectos terminen siendos limpios y transparentes como el agua.

A tí que vives preocupado por tu físico o tu aspecto, tu malformación marginal o tu deformidad,detrás de la que se esconde un humanismo insaciable, una orfandad siempre reclamada o un bulling retransmitido para ofensa de la Carta de los Derechos Humanos y que terminó redactando una carta de despedida de este mundo por un niño acosado en la escuela, te regalaría la palabra "liliputiense" para que todo lo veas demasiado pequeño, en comparación con la grandeza de la Creación y valores más a lo que te enfrentas que lo que tienes, para que puedas sopesarlo de igual manera si los demás aprendemos a disfrutar también de la grandeza de seres humanos con defectos y deformidades.

A tí que no sabes quien soy, ni quizás te importe, a quien no se acuerda si tiene tiempo disponible ni capacidad de pensar, a quien ya aceptó su minusvalía y todos los días pelea con ella, a quien se arrastra caminando para estar donde otros tardamos tiempo en llegar, le regalaría la palabra "sostenible", porque siempre deberá ser compatible con el producto interno bruto o la deuda interna, la balanza de gastos y el mercado de valores, a ver si algún día pensamos en pagar la deuda para darle vida a los momentos del sin recuerdo o para aliviar la necesidad de construir una sociedad más inclusiva, sin propaganda alguna sino por méritos propios, para quien no puede o es considerado por otros que no debiera ser parte de lo que todos conformamos en este mundo tan desigual y marginal.

A tí que enseñas la mitad de lo que sabes o dedicas sòlo el tiempo que te sobra y no el que te piden, que te escondes detrás de mensajes prefabricados y que no te importa hacer lo que nunca prometiste, te regalaría la palabra "reparo", para que entiendas también que siempre habrá flotanto en el ambiente una advertencia sobre la disconformidad que otros tienen con lo que vosotros hacéis.  

A tí que vives tu profesión y nadie te aplaude, a quien le dedica tiempo extra a tu tarea y no es recompensada, a los que nunca fueron aplaudidos después de haber hecho un trabajo altruista y desprendido, a quienes debieran estar en los noticieros y nunca se les llama, aún despuès de haber generado un ejemplo social por su actitud voluntaria y desinteresada, les regalaría la palabra "convicción" para que aprendamos a estar seguros de lo que hacemos o sentimos sin necesidad de pagas extraordinarias ni promociones, aplausos falsos ni vítores desencajados y momentáneos, porque se necesitan seres humanos que den testimonio del bueno, del que se sigue sin pedir permiso a nadie.

A tí que nadie te pidió permiso para no venir a este mundo, a quien tampoco se le consultó antes de incluirlo en un hogar para ancianos, a la mujer que no pudo decidir sobre su vida y fué violada, a quien murió asesinado-a por quien se saltó todas las normas de convivencia y morales, a quien asaltó o maltrató, apaleó o sacrificó vidas con su atentado demencial e inhumano, le regalaría la palabra "perdón", porque al aprender a perdonarse a sí mismos estarán buscando las mejores vías para aceptar el castigo impuesto y propagar la verdad de la razón de ser en este mundo, que será la mejor lección de vida de contrapeso para quienes son construidos en el odio y la sinrazón.

A tí que confías en las redes sociales y antepones lo que ves a los diálogos intra-familiares, a quien fotografía el dolor y no reclama por ello, a quien no reconoce a la madre que pasa una vida limpiando, engendrando y besando, con la única recompensa de un beso despistado y un agradecimiento a la prisa, de Navidad en Navidad, les regalaría la palabra "sarmiento" para que entendamos que provenimos de un tallo que dió muchas ramas y nos alimentamos todos de la misma savia, la que hay que abrillantar y de la que hay que hacer oir a quienes no lleguen a creer, por nuestras actitudes malintencionadas y nuestra incapacidad de oir antes de actuar u opinar.

A tí que vives en rincones donde debieras estar jugando y sólo sabes de disparos, a quien necesita crecer entre semáforos y escuelas, bibliotecas y parques y observa cadáveres colgados a diario, a quien debiera tener amigos y concretar el sentido de sus pasos y está atrapado por el mensaje del alcoholismo y la droga, encerrado entre las paredes de la adicción de familiares y progenitores, les regalaría la palabra "cartujo", para que entiendas que vivir apartado de la gente no te dignifica porque dejas de ser persona y sólo puedes alcanzar a ser un ser vivo más, por lo que debes superar tus miedos y avanzar hasta que la sociedad te entregue el diploma de "persona" y nunca más serás humillado-a.

A tí que lees este mensaje y lo borras inmediatamente o te olvidas a la hora siguiente, te diría que prefiero que cambies "un me gusta" por "se lo leo a alguien" y así no tendría que regalarte la palabra "displicencia" o esa actitud indiferente y de desagrado hacia los momentos de los demás.

Hasta la próxima semana, deseando que este regalo tan "parco" se transforme en un "edificio en construcción" en cada uno de vosotros, se despide tu amigo, que nunca te falla.


JUAN 

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