viernes, 25 de mayo de 2018

UN MINUTO DE SILENCIO


Un minuto de silencio por los niños que aprendieron de malos ejemplos, porque precisarán reiniciar su sistema de aprendizaje y valorar lo que debe ser imitado.

Un minuto de silencio por aquel ser humano que no tuvo lágrimas en su entierro, porque pasó desapercibida su vida en el más triste anonimato y no será recordado por las tareas constructivas que saben a ejemplo.

Un minuto de silencio por ese ser humano que sólo pudo despedirse de la tierra que le vió nacer en la soledad más discreta de unos muros que encerraban sus delirios o sus proyectos más elementales.

Un minuto de silencio por la mujer que aún lucha por una igualdad que ya debiera ser mayor de edad y que, cuando saluda, lo hace como un niño que no termina de crecer.

Un minuto de silencio por quien padece una enfermedad que aún no tiene nombre, a pesar de las donaciones y los programas, los misterios y los caídos en su intento de sobreponerse y respirar hondo.

Un minuto de silencio por quien no tiene el respeto de los suyos, hundido en su imagen en el espejo y olvidado en sus actitudes diarias.

Un minuto de silencio por los niños utilizados o condicionados, maltratados o manipulados, porque han aprendido a vivir respetando el sol del mediodía, con la esperanza de un atardecer prometedor que siempre debiera estar por llegar.

Un minuto de silencio por esas mujeres de carne y hueso, con frases hechas y sin amparo, que se olvidan de quiénes son porque hay quienes les necesitan a diario y por ellas crecen y aspiran a defenderlas del maltrato al final de sus caminos solitarios.

Un minuto de silencio por quien no deja de soñar, aunque esté convenciéndose que nadie sabe el color de sus sueños.

Un minuto de silencio por quien tropieza y cae, una vez tras otra, cansado de levantarse y no poder permanecer en pie, aunque callando la incertidumbre de sus pasos y no renuncia a caminar erguido.

Un minuto de silencio por las caras y cuerpos arrugados que no tienen quien les escuche en algún minuto del día, arrinconado en un cuarto de albergue y a la sombra de su única existencia, sin parentesco que reconozca lazos de cariño.

Un minuto de silencio por quien sabe que no debió callar y está arrepentido de haber permitido la mentira que hirió y la crueldad que arrebató la sencillez y el encanto, la verdad y la vida.

Un minuto de silencio por quien ya no puede caminar ni soñar, porque el destino le ha quitado la carta que nos permite esperar un minuto de paz sin dolor y de silencio sin misterios.

Un minuto de silencio por quien yace en un lecho, recibiendo miradas de lástima, esperando paciente a que el tren de la vida le llame con las puertas de par en par.

Un minuto de silencio por quien se siente marcado y diferente, aún a sabiendas de que en la diferencia está el sello de calidad para vivir una vida entre distintos.

Un minuto de silencio por la prisa que arrancó una vida, precipitando y arrebatando colores a la existencia humana.

Un minuto de silencio por la planta que fue arrancada y amputada, porque a cambio de un adorno sacrificamos la unión del tallo y la flor.

Un minuto de silencio por la carta que nunca llegó, olvidada en los mensajes que se quemaron por el sol de la mañana, permitiendo que la humedad obligue a llorar a las letras antes que a su destinatario.

Un minuto de silencio por quien pretende inventarse una vida que no le corresponde, presumiendo de verdad donde la mentira sazonó su razón de "okupa".

Un minuto de silencio por quien busca en la basura lo que le sobra a la vida, porque todos debemos vestirnos con el don del pan compartido.

Un minuto de silencio por quien suplica y no es escuchado, esperando que su dolor pueda ser compartido y comprendido hasta el momento antes de su partida.

Un minuto de silencio por quien agoniza sin saberlo, porque en ese tránsito encontrará compañeros de viaje que le hagan saber lo importante que fue su recorrido por esta vida.

Tu amigo, que nunca te falla, quiere dedicar un minuto de silencio por las diferencias que no son diferentes y aplaudirlas desde lo más profundo de mi corazón.



JUAN

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