sábado, 9 de junio de 2018

ESE TALLO TIENE BROTES


Cuando vemos una flor que presume solitaria en el tallo, moviéndose al son de la brisa de la mañana, nos preguntamos cuál será su promedio de vida y el tiempo, por tanto, disponible para contemplarla. 

Es como la vida misma, porque acostumbramos a mirar a las personas como macetas con una sola flor y aplaudimos su elegancia, nos asombramos de su aroma y destacamos siempre sus colores.

Todo, sin embargo, tiene un principio y un fin, un arranque y una frenada, porque se acabó el recorrido o porque la energía no permite impulsar la maquinaria para seguir rodando. Muchas veces escucho a mi madre, cuando compartimos un abrazo al decirle que está guapa y simpática, predispuesta y fuerte, que "todo esto se tiene que acabar, no te creas tú que así estaré toda la vida".

Y esa actitud verdadera de reconocer el fin de un todo nos debe obligar a ver la flor con brotes, porque mientras siga generando ejemplo y misterio, verdades y momentos de mensajes, aún entre los silencios y la calma, es porque sigue habiendo vida más allá de la vida y por siempre todavía.

Cuando una mirada despierta el alma de quienes la recibimos, cuando un gesto te ayuda a ver con mayor claridad el camino, cuando el roce te sensibiliza hasta lo más insensato de tus pasos, cuando un beso te sigue ayudando a ser mejor cada día, es porque esa planta sigue viva y está brotando por todos sus costados.

La vida es un manifiesto constante y te transmite una respuesta antes de que hagas la pregunta, porque son los corazones quienes han entablado una conversación previa y entienden de sinsabores y propuestas verdaderas.

En estas vacaciones he visto en mi madre una flor que sigue brotando y cada brote sigue diciendo algo hermoso, que cala hondo y vincula los sentimientos para que no se alejen más allá del olvido.

Qué hermoso es saber que en el brote hay una verdad arropada y que el embarazo del que tú naciste se prolonga en cada segundo y te sigue alimentando y dando forma a tus actos.

Procura encontrar brotes en cada flor que nazca en tu vida, porque ahí no hay, ni habrá, fin posible ni predeterminado.

Tu amigo que nunca te falla


JUAN




No hay comentarios:

Publicar un comentario