Loja, 19-11-2014
A MI MAMI Y A MI ABUELITA
Ayer
se cumplió un mes que me dejaste, mami,
y aún recuerdo cuando estaba en tu
vientre, pataleando porque quería salir pronto para conocerte y disfrutar juntos
los primeros paseos, cogidos de la mano.
Ayer
se cumplió un mes que me dejaste, abuelita,
y me emociona saber que me diste de comer y me contemplabas mientras
dormía, entre ronquidos y sueños de piratas.
Ayer
se cumplió un mes que me dejaste, mami,
y no me puedo olvidar de tu perfume y tus desayunos, tan tiernos y
penetrantes como madrugadores y sencillos.
Ayer
se cumplió un mes que me dejaste, abuelita,
y sigue caliente mi deseo de ir a verte, de darte las buenas noches, de
estudiar contigo y de compartir tus lágrimas cuando creí que me portaba bien y tú
querías que fuese mejor ser humano de lo que fui en aquel momento.
Ayer
se cumplió un mes que me dejaste, mami,
y nadie podrá reír y emocionarse conmigo como tú lo hiciste, porque fuiste
mi mejor amiga y compañera, mi mamá y mi confidente, a quien le debo la vida y siempre
estaré en deuda con los ratos que me dedicaste y los abrazos que me diste,
desde lo más profundo de tu corazón.
Ayer
se cumplió un mes que me dejaste, mami,
y te agradezco que me enseñaras a sumar amistades y consejos, a restar
avaricias y a multiplicar entusiasmos y sueños, a dividir lo que debía aprender
a compartir y a vivir como tú querías que viviese.
Gracias, abuelita, por protegerme y mimarme, por darme lo
mejor de ti y por abrazarme. Gracias, mami,
por lo que me has permitido crecer a tu imagen y semejanza.
Hoy
puedo leeros esta carta porque tengo vuestra fuerza y vuestro cariño. Desde el corazón de un hijo bendecido por
haberos tenido tanto tiempo a mi lado, Gracias
y un abrazo trascendente para mi
mami y mi abuelita, desde lo más hondo de mi alma.
Luisito
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