sábado, 1 de noviembre de 2014

HOY ME HACES FALTA

Hoy, en el día de todos los santos, me acuerdo de mi padre y sus ojos cansados, levantando la cabeza para hablarme porque distraía su atención y le entusiasmaba tener alguien que le escuchara sus planteamientos y sus reflexiones.

Hoy supe que necesitaba tu despedida para saber que dormías en la casa y que ibas a despertar al día siguiente, como todos nosotros en el día a día, sin importar lo que dijera el calendario de turno ni el pregonero que cabalgaba de casa en casa.

Hoy quise saber si el sillón seguía vacío y, cuando miré atentamente, quise saber si olía a ti y cuando olí supe que estabas ahí y no te veía.

Hoy revisé la imagen de la lápida tras la cual reposarás por siempre y las flores están vivas porque reconocen que ahí hay un ser humano cargado de bondad y soledad.

Hoy supe los esfuerzos que hacías para despedirme y, aún pesando las lágrimas, seguías caminando con el mismo esfuerzo, jorobado por el paso de los años mientras decías adiós sin mirar.

Hoy estuve pensando en aquellos años de miradas vivas y ausencia de pesares, cuando éramos un equipo y todos se alegraban del esfuerzo y me enseñabas a leer la hora en los relojes de cartón que me construías.

Hoy hace 5 meses que nos dejaste y aún se sienten los pasos y los frotes de las manos por el frío que calaba en el invierno.

Hoy reviví la alegría de aprender a conducir sentado entre sus piernas y de mantener un silencio, mientras escuchaba la radio, porque en aquel entonces no había televisor, hasta que el sueño nos rodeaba y las manos de mi madre me acariciaban.

Hoy recuerdo que todos nos sentábamos a la mesa para comer lo mismo, porque eso mismo era la ilusión de todos.

Hoy siento tu presencia caminando, regresando del campo o saludando en la mañana temprano, calentando los molletes y envasando matalahúga.

Hoy quiero acordarme de tus paseos y tu bastón, sentado en los bancos junto a Burriana y agachado para que nadie te viese fumar.

Hoy siento tus ausencias y tus almuerzos tempraneros, tu sinceridad en los consejos y tus convicciones tan profundas en esa verdad tan propia, real y meditada, que me hacían reflexionar sobre mis propias verdades, tan elementales como caducas.

Hoy me acuerdo de ti y tus momentos de tos, cargados de ese humo que fue tu verdadero compañero de siempre y para siempre.

Hoy quiero decirte que sigo acordándome de ti, igual que yo sé, a ciencia cierta, que tú también te acuerdas de mi y mis hermanos, de mi madre y de toda esa vida que nos permitiste compartir contigo.

Hoy quiero desearte que sigas descansando por el peso de los años en ese rincón donde hay paz y tranquilidad eternas.

Hoy es un día para visitarte y yo te he visto en la foto y he leído la lápida donde duermes plácidamente, ese mármol donde también pudo añadirse la frase "no hay olvido para el corazón porque en cada gota hay recuerdo".

Gracias por todo, papá y que tu corazón aplacado tampoco se olvide de nosotros.

Hasta siempre, papá.


Tu hijo.

JUAN

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