martes, 9 de abril de 2019

¿Y NADIE DIJO NADA?


Comentaba con mi imagen en el espejo que escuché las voces de un niño, mientras otros le pegaban por diversión y entonces me preguntó ¿Y nadie dijo nada?.

Le dije que vivimos en una sociedad del silencio, por miedo o costumbre y entonces me atreví a contarle que en el noticiero comentaban de un hombre que destrozó a golpes a su esposa y luego intentó suicidarse,  aún sabiendo que no lo consumaría por cobarde y me volvió a preguntar ¿Y nadie dijo nada?

Me quedé quieto un buen rato y le quise narrar la historia de un perro abandonado que, por la imprudencia de tantos seres humanos inescrupulosos, fue arrollado en la carretera y se le tuvieron que amputar dos patas y, exclamando, me dijo ¡y nadie dijo nada¡

Después de todo no sabía si debía contarle lo del hijo que mató a sus padres por una herencia, porque me iba a volver a preguntar ¿Y nadie dijo nada?

Pero el espejo sabía de la amante que descuartizó al hijo de su pareja y mantuvo en vilo a un país durante una semana y le conté que la gente luchó por encontrar al culpable y que una vez que eso ocurrió y entró a la cárcel se provocó un silencio en la sociedad y fue entonces cuando me preguntó ¿Y nadie dijo nada?

A veces le hablo de los abortos clandestinos, poniendo en riesgo la salud de los pacientes y siempre me responde de la misma manera ¿Y nadie dijo nada?

Y cuando deseo saber su opinión hablo en voz alta de quienes quieren dinero antes de dar un primer paso, creyéndose con el derecho adquirido de enriquecerse antes de  hacer nada por el otro y es entonces cuando yo me pregunta ¿Y nadie dijo nada?.

Muchos niños son marginados por el apellido, la apariencia o sus vacíos y crecen en los desafectos, como animales arrinconados a su suerte y lloro al pensar en ellos, pero ahí escucho a mi imagen en el espejo, también lloriqueando, que se lamenta y dice ¿Y nadie dijo nada?

Pongo la televisión frente al espejo, intentando que mi imagen vea las guerras sin sentido y las muertes prometidas, los premios Nobel por lo que pueden hacer los aparentes grandes líderes y la desaparición de voces que reclaman respeto a los derechos para los demás y oigo un eco de lamento que se prolonga más allá de las paredes de la habitación ¿Y nadie dijo nada?

Hablo de quienes se enriquecen, sin haber tenido nada, de los que disfrutan en aparentes paraísos y de los que se vanaglorian de lo que no pudieron hacer, cobrando por cumplir años sin satisfacer lasa necesidades de los demás y esa imagen, tan parecida a mí, me dice una y otra vez lo mismo ¿Y nadie dijo nada?

Gracias al dolor de la voz de mi imagen en el espejo me atrevo hoy a decir todo esto.

Tu amigo que nunca te falla




JUAN


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