viernes, 9 de junio de 2017

A MI CORAZÓN INQUIETO




Desde mi corazón inquieto.
Porque cada latido es una voz encontrada




Juan Aranda Gámiz




Late si sientes que las actitudes de aquel desconocido están a favor de los miedos y en contra de los aplausos. Late si en el esfuerzo está la necesidad de apoyar a quien no tiene opciones de vida. Late si te sientes abatido y no tienes soportes, porque al escuchar los latidos empezaras a dar los primeros pasos.

Late si lees lo que no te conmueve porque se le robó una página a los sentimientos nobles. Late si crees ser inoportuno, porque en la intromisión está implícito el derecho a sentirte útil. Late si el menosprecio te arrebata un minuto en tu vida y precisas calmar tus deseos de protesta.

Late si eres frágil porque el ruido del corazón te hará fuerte en la adversidad. Late si se te acabó el coraje, porque la sangre aturde a los valientes. Late si no tienes a nadie, porque el latido atrae y convoca. Late si te quedaste sin palabras, porque los mensajes también salen de un corazón embadurnado con el lenguaje del alma.

Late si tienes que escribir y se torcieron los renglones, porque los latidos rectifican el sentido de las oraciones. Late si vas a ninguna parte para que se abra un túnel en tus esperanzas. Late si caíste en el intento para que reboten tus emociones. Late si te sientes aturdido para que tu cerebro se sienta vivo y tus fuerzas beban esperanza.

Late si tu proyecto no tiene éxito, porque necesitas escuchar la voz que te calma sensatez y templanza. Late si no tienes un harapo que ponerte, porque así podrás peinar tus miserias. Late si te llamaron la atención para que enjugues tus arrebatos. Late si se te escapó una hipocresía, porque ese toque de campanas te trae de nuevo al mundo de la justicia y el diálogo, de la verdad acalorada y los valores reales.

Late si cumples todos los mandamientos porque hay que aprender a escuchar el latido de los que no los cumplen. Late si nadie te lee porque el mensaje va por las arterias de tus miradas. Late si no hay motivos, para que haya motivos para vivir.

Late si algunos hacen lo que no dijeron y si dicen lo que nunca hicieron. Late si no tienes con qué dibujar las pasiones, para que queden coloreadas con los abrazos que te dará el viento que te escucha. Late si caes en el intento aunque haya paro cardíaco, porque alguien te escuchará en el cielo.

Con afecto y respeto para todos los corazones que siguen latiendo, y en especial para el corazón de Ignacio Echevería, quien dió su vida latiendo por ayudar a una víctima del último atentado de Londres, sin miedo por su vida. 

Tu amigo que nunca te falla



JUAN 

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