domingo, 28 de diciembre de 2014

ESTOY DE LUTO

ESTOY DE LUTO
Juan Aranda Gámiz

Hoy quiero desear una “feliz Navidad” a todos los seres humanos que han perdido un ser querido y cercano, porque no hay mayor dolor que sentir la ausencia en estas fiestas de recogimiento, paz y unidad.

Y cuando alguien te manifiesta un deseo de felicidad parece que chocase con tu sentimiento de vacío y ahonda más el sufrimiento, que queda aplastado por una impotencia y una rabia contra la vida, tapizando tu dolor de un menosprecio por todos aquellos que aparentemente menosprecian tu propio duelo.

“Felicitar” es querer estar presente y mantener el hábito trascendente de manifestarte ante los demás con la buena voluntad de que desean que sigas siendo feliz, aunque estés resquebrajada en los momentos de añoranza y recuerdo, intentando traer al presente escenas en las que compartías con quienes ya se fueron.

Hoy quiero felicitar a todos quienes sentimos pena y tristeza, soportando un hueco profundo de soledad y queremos que pasen los días para seguir soportando el peso de los acontecimientos, vinculándonos con aquel pasado en el que todos éramos una piña y, en teoría, todo funcionaba mejor, aunque otros lo pasasen peor que nosotros.

Sin embargo, hay días en que debemos acordarnos de los que van creciendo y sosteniéndonos, de quienes abren sus brazos para acogernos sin tapujos ni prejuicios, a los que serán quienes sostengan la sociedad del futuro, pues ellos y ellas necesitan el ejemplo del perdón y del arrepentimiento, de la resignación y la paz, manifiestos en nuestros gestos y nuestras expresiones, para que ellos aprendan de nosotros a perdonar y manifestarse tal cual, sabiendo que en su momento hicieron todo lo posible por acomodar el mundo, con su sonrisa y sus aportes, a las necesidades de quien hoy ya no está.

Es bueno y saludable que escuchemos expresiones en estas fechas, como “feliz Navidad” o “Próspero Año Nuevo”, pues hasta con el recuerdo disfrutamos del pasado y con la bondad del perdón y la reflexión del arrepentimiento estamos demostrando que somos capaces de recordar y reconocer, renovarnos y volver a crecer a la vida, muy a pesar de las circunstancias.

“Feliz Navidad” es un deseo de que seamos capaces de renovarnos y nacer a la nueva vida, pero en el pesebre más humilde, para saber lo que somos y de dónde venimos y, al mismo tiempo, es un mensaje de solidaridad que suena mejor que un nuevo pésame que genera más tristeza y frustración frente al vaivén de los acontecimientos.

Dios quiera para todos quienes hemos pasado por momentos de soledad, llanto y soberbia por haber sido señalados con el vacío de la presencia de un ser querido y cercano que ya se fue, que esta sea una Nueva Navidad y que seamos capaces de renacer llorando de alegría por lo que fuimos capaces de entregar y recibir, bendecidos con su presencia y receptores de un legado que debemos afianzar, abrillantar y volver a legar en mejores condiciones de lo que lo recibimos.

Que el próximo año nos llene de paz y que seamos capaces de devolver, en gratitud, a cuantos nos felicitaron por Navidad, un deseo de que vayan preparando sus corazones para que en ellos se pueda cultivar el perdón y la gracia del arrepentimiento,  como un acordeón capaz de estirarse para alargar su nota y que muchos otros pudiesen copiar la sinceridad de las palabras que salen del corazón y el deseo, siempre fraterno, de que seáis capaces de perdonar a cuantos os feliciten en estas fiestas con la alegría de la Navidad y que contraste tiernamente con la soledad y el vacío de corazones despedazados por la muerte repentina, o anunciada, de quien se cansó de seguir disfrutando navidades a nuestro lado, o fue llamado-a de forma inesperada y tomó el camino, por decisión propia u obra del destino, para descansar en paz.

“Feliz Navidad” a todos, aquí en la tierra y a quienes descansan en el cielo, porque quizás ya nos dieron también sus deseos de “Feliz Navidad” en el soplo fresco del viento de la madrugada, al abrir la ventana del vehículo y regresando de la casa de un familiar o en la gota de lluvia que nos mojó al salir de la iglesia.

Estoy de luto, pero gracias por desearme “Feliz Navidad”, sé a ciencia cierta que las palabras os salieron del corazón y hasta el mío van a llegar en paz.

Tu amigo, que nunca te falla.


JUAN


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