lunes, 1 de septiembre de 2014

HACE SOLO UN PASO QUE DI EL PRIMER PASO

Muchas personas se piensan si deben, o no, dar el paso que se han propuesto y para lo cual analizan todos los posibles inconvenientes y se plantean desde los más tristes y negros hasta los más promisorios, como si de una cuestión de estado se tratase.

Otros, sin embargo, se proponen avanzar para dar envidia y lo anuncian por todos los medios de comunicación social habidos y por haber, como si se tratase de una oferta pública de empleo a la que todos deben tener acceso.

Al momento de pensar queremos compartirlo, porque parece que la moda es manifestarte como el propietario único de la motivación que te va a impulsar a poner algo en marcha y por lo que te consideras único e intransferible.

Ya está todo el mundo enterado de los detalles y ahora quieres tardar un siglo para avanzar, porque la gloria está en que recibas todos los aplausos disponibles y estés en la primera página de todas las revistas y semanarios.

Te preparas para no recibir golpes, aún habiendo recibido elogios, por lo que incluso después del baño de multitudes das marcha atrás y te arrinconas por un tiempo, ahogándote en tu propio desliz de prudencia, que no es sino un desperdicio de vanidad y te vas alejando socialmente hasta que algún otro día te sientas presa de otra idea que quieras poner en marcha, aunque sólo sea con el propósito de confundir y vanagloriarte en tu propio espacio de ignorancia.

A veces, pensamos que todo va mal porque lo hemos compartido y los demás son los únicos culpables confesos de lo que ha ocurrido con nuestra propuesta, pues manifestar nuestra ruta fue el error que nos llevó al desastre de una muerte anunciada.

No pensamos, si quiera, que dar un primer paso anunciado y predestinado al descalabro, puede arrastrar a otros muchos ingenuos, en espera de brillantes destellos fugaces de oportunistas de los ratos muertos, pueden seguir maltratando sus ilusiones porque se dejaron arrastrar sin pensar en las consecuencias más ligeras o inmediatas.

Es mucho más prudente ser reflexivo y plantarte ante el destino, descifrar bien tus posibilidades frente al proyecto de vida que has emprendido, derramar ímpetu sin igual y lanzarte sin miedo, procurando que tus debilidades se transformen en fortalezas.

Cuando hayas adelantado un paso te darás cuenta que, sin haberlo hecho público, te ha vestido de grandeza por haberlo conseguido sólo, sin empujones ni planteamientos superfluos de prejuicios inútiles, que fue parte de la direccionalidad que quisiste imprimir a tu vida y que estos momentos son los que van dejando escrito un rastro de actitudes positivas, por si alguien quisiera seguir tus huellas.

No es bueno presumir, pero es digno mirar hacia atrás y decir, con la boca llena de esperanza y vestido de seguridad y verdad "Hace solo un paso que di el primer paso".

Una vez seguro del paso que diste ya nadie te puede parar porque iniciaste un camino por propia convicción, lleno de una fuerza interior que te mueve por inercia y con un bagaje de aprendizaje y una personalidad construida a base de empeño, que vas a necesitar mejorar tu temple para aguantar a todos los que te van a seguir.

Sinceramente, frente a los que anuncian lo que quizás no sean capaces de pragmatizar y todo lo dejan al nivel conceptual, prefiero dar los pasos necesarios y descansar, para mirar atrás y decir que ya avanzaste un paso y que el camino te lo ha permitido, que las circunstancias no han podido detenerte y que es el momento de seguir forjándose objetivos a corto y mediano plazo, que la felicidad es creer en tí mismo y que la seguridad que te imprime confiar en tu empuje es la gasolina que te cargará para seguir adelante.

Dejar de aplaudir otros comportamientos porque creas que tú nunca serás capaz de avanzar, no pienses ni hagas públicos tus intentos y mira hacia atrás cuando hayas dado el primer paso, porque ahí está la grandeza del ser humano y te encontrarás con miradas de aplausos de quienes de ahora en adelante empezarán a confiar en ti y seguirán por el sendero que les abras en la vida.

De ahora en adelante ya no puedes regresar, sólo seguir a tu nariz y aprendiendo de los roces del viento y las gotas del rocío, del canto del pájaro y del sudor de los que vayas encontrando en el camino; en otras palabras, irás aprendiendo a superarte y a ser cada día mejor ser humano, la única estrategia para poder seguir siendo tú mismo, con una pizca más de presencia en este mundo, con la verdad de lo que ya hiciste y bien y no con la quimera de lo que harás, aunque en el fondo eres incapaz de dar ese primer paso.

Vuestro amigo, que nunca os falla


JUAN

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