martes, 1 de octubre de 2013

¿POR QUÉ LLORAN LOS NIÑOS?

Creemos que los niños deben vivir y que sólo lloran cuando se golpean o caen en la calle corriendo y no pensamos que unas lágrimas pueden ser ese semáforo en rojo que nos debe detener a pensar si también se han caído por dentro o se han golpeado con un mundo que no comprenden.

Un niño se cae por dentro cuando se le frustran sus ilusiones, pues a veces espera al padre que llega cansado y va camino de su dormitorio cuando la puerta entreabierta del cuarto de su hijo esperaba que la traspasara y dentro le esperaba un dibujo recién fabricado, un artilugio con cara de invento o unas calificaciones con las que quería demostrar que lo imposible estaba camino de convertirse en éxitos y realidades.

Un niño se golpea con un mundo que no comprende cuando le quieren enseñar a pensar en un mundo que tiene marginados a sus padres por alguna condición y le piden que lo abrace porque es el mundo de todos, cuando también ojea la calle y encuentra a quien tiene más que él y con menos esfuerzo, aparentemente su vecino tiene más felicidad que la que él disfruta cuando está desbordante y le cuesta menos conseguirla.

Un niño se cae por dentro cuando no puede presumir de familia delante de los amigos, porque todos inventan y su sinceridad le acobarda, muchos de ellos enseñan fotos y él sólo tiene señales de castigo en su cuerpo, algunos hablan de las vacaciones y él recuerda sus días alimentando a las gallinas.

Un niño se golpea con un mundo cuando quiere participar y lo quitan de la lista porque no puede hablar bien o no puede mantenerse de pie por su cojera, aunque fuese temporal, se aprendió el papel de una obra de teatro entre la luz del candil y los rebuznos de su burra, en ese establo que pareciese ser la puerta trasera de su casa y perdió la oportunidad porque el autobús no arrancó a tiempo y hay dos horas de su casa a la escuela.

Un niño se cae por dentro cuando le piden un libro nuevo para seguir la lección y aún no ha podido intercambiarlo o no encuentra un banco de libros cercano, no tiene quien le asesore en las tareas o terminó cansado de trabajar después de la escuela.

Un niño se golpea con un mundo cuando manda correos y recibe mensajes, chatea y se entretiene con la tecnología del mundo digital, a pesar de que cuando quiere una opinión o tiene una duda se le empuja diciendo que no hay saldo para hablar con él.

Un niño se cae por dentro cuando lo comparas y se hunde, al regañarle sin explicaciones, si lo miras y no lo acaricias, al momento de mirarlo con rabia porque esa rabia no te permite mirarlo como se debe, al exigirle y no llegar a un acuerdo, al sacarle la podedumbre de circunstancias negativas que todos llevamos dentro y al considerarle inútil hasta para respirar, cuando el aire no puede ser deglutido, cuando no come lo que tú le pides y si no se viste con el verde que encaja con sus zapatos.

Un niño se golpea con el mundo si le das más importancia a un seis en las calificaciones que a un excelente en su conducta, a la palabra de un profesor guía que a la presencia de un buen amigo, a su soledad perdida que a su ilusión vivida, a los que dicen que hacen que a los que hacen diciendo.

Un niño se cae por dentro cuando nadie le explica lo que está viendo en la tele, todos se ríen de lo que él no entiende, algunos se quejan y todo el mundo pasa de largo, porque al día siguiente va a estudiar el concepto de solidaridad y lo va a confundir con un árbol, una sonrisa de felicidad y va a desconocer lo que se siente, al igual que cuando se siente de contertulio en un ejercicio en la escuela y no sepa cómo actuar porque nunca tuvo respuesta para sus dudas.

Un niño se golpea con el mundo cuando alguna compañera le echa un piropo y no sabe cómo digerirlo porque nadie le explicó al respecto, cuando ayuda a pasar la acera a un adulto mayor y siempre hay quien le mira por si tuviese algún otro interés oculto, si alza la mano para discrepar con algún tutor y le callan por indiscreto, cuando le tira del vestido a la madre pidiéndole un poco de la rica comida que tiene preparada y le increpa para que espere con paciencia, porque no es la hora exacta para degustar absolutamente nada o cuando le mira a la cara a un adulto y le responde con un gesto y una pregunta indiscreta ¿tengo monos en la cara?.

Un niño se cae por dentro cuando le piden que se confiese y que junte las manos durante la comunión, pero también comulga quien no comulga con nadie fuera de la iglesia y vive mejor que él el quien nunca se confesó, confía en quien le falló y sus secretos son narrados por ahí como errores de personas simples y demasiado tontos, por francos y sencillos.

Un niño se golpea con el mundo cuando no comprende si hay que ir de blanco a la primera comunión, si se deben escribir con el mismo tino los renglones de caligrafía, aunque no tengan ningún mensaje o estén rotos por dentro, si es importante que los zapatos siempre estén limpios o si pensar en un minuto es porque vives despistado, si hablarle a un pájaro es motivo de preocupación y si es un castigo rezar en silencio.

Un niño se cae por dentro cuando hace fila en un banco, cogido de la mano de su madre y escucha a quien se adelanta o busca un amigo para infiltrarse, cuando ve nacer a un niño y sigue soñando con la cigüeña, si ve crecer a su hermano y él no despega del suelo, cuando todos lloran porque se fue el abuelo o saludan a un avión cuando va despegando del suelo, si ve una cama vacía porque su hermana está en el hospital o si los padres lloran y él protesta orinándose en la cama; y todo, porque nadie le explicó nada.

Un niño se golpea con el mundo si nadie le escucha, muchos le miran y casi nadie le coge la mano, cuando se ha olvidado del parque y sólo nada en sus sueños, cuando le quedan cosas por descubrir y va pasando el tiempo, si los pájaros no trinan cuando nos acercamos a la jaula o si hay que cerrar las puertas de la casa en la noche, porque en la obscuridad de sus interrogantes no encuentra una respuesta.

Un niño se cae por dentro si no puede hablar con la computadora para que esta le aconseje, si el celular no tiene manos para saludarlo, si la cama siempre abriga lo mismo y no puede llevársela a la escuela en las mañanas de frío, si no comprende por qué la bufanda no puede ser un amigo o porqué parece que los profesores siempre llevan razón, el que no haya filósofos o matemáticos a su edad y que ningún niño haya merecido un premio Nobel.

Un niño se golpea con el mundo cuando escucha una dialéctica vacía en el mundo de los adultos, si la sinrazón provoca alzar la mano o si los noticieros están cargados de más balas que consejos, cuando la verdad huelga por su ausencia y que nadie acuda al cuarto del abuelo cuando cree que está llorando.

Un niño se cae por dentro si no grita en libertad, no llora con paciencia, no estudia pintorreando, no disfruta soñando, no imagina inventando, no quiere abrazando, no demuestra regalando y no enferma suspirando, no se cobija refunfuñando y no descubre amando.

Y un niño llora cuando se cae por dentro o se golpea con el mundo que todos estamos construyendo, por lo que hay que dejarlos vivir para que nos enseñen a dejarles vivir en libertad, con paciencia, pintorreando, soñando, inventando, abrazando, regalando, suspirando, refunfuñando y amando. 

Vuestro amigo, que nunca os falla.


JUAN

1 comentario:

  1. También llora cuando sabe que se le exige que cumpla con sus obligaciones igual que todos y es más fácil no hacerlo
    TAMBIÉN llora cuando le explicas algo y quiere saber más que tú
    Una madre llora cuando te hacen ver que saben más que tú de informática mientras tú te preocupas de que sea honesto, responsable y pones dos lavadoras para que vaya limpio
    Una madre llora cuando le dicen que da igual que un ejercicio esté mal y no tiene paciencia para que su mamá se lo explique.... Por lo demás maravilloso

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