lunes, 16 de septiembre de 2013

NO SIGAS CON ESA TAREA

Amanece y ya estamos dispuestos a iniciar nuestro trabajo diario, muchas veces monótono y descuidado, pero siempre desarrollado con el mejor ánimo de poder seguir aspirando y contribuyendo a construir un mundo mejor para los que vienen detrás.

Sin embargo, acostumbramos a pecar de ingenuos o a demostrar indiferencia, pues con frecuencia caemos y recaemos, tropezamos y seguimos dando malos pasoS,  o al menos equivocados, muy a pesar de que alguien nos llamó la atención o nos puso en sobre aviso.

Y es que vivimos rodeados de animales domésticos, como el burro, al que tildamos de reflexionar poco y caer cuantas veces se coloca ante el mismo obstáculo, pero compartimos mucho con ese animal, porque somos incapaces de sobreponernos a los limitantes y las circunstancias nos vencen abrumadoramente.

Pareciese que tenemos por tarea descuidarnos del análisis que debemos realizar de todo lo que circunda nuestro espacio de relación, menospreciar los consejos que nos alertan de imprevistos y seguir estando ciegos para no ver lo que el día nos presenta en nuestro campo visual.

No aprendemos de circunstancias anteriores, pensamos que todo va a cambiar porque nosotros así lo intentamos y descuidamos incluir en nuestras previsiones cualquier circunstancia o detalle que pudiese echar por tierra nuestras aspiraciones, permitirnos continuar con nuestra marcha o lograr una aspiración, para nosotros o nuestros amigos, familiares o empleados.

No conviene convertirse en dependiente de los vaivenes de la bolsa, los trucos de las palabrerías políticas ni en rehén de las noticias del corazón, pero hay que ser más prudente en lo que concierne a nuestros antecedentes remotos y recientes, para poder identificar riesgos potenciales y reales en nuestra marcha y evitarlos a tiempo, superarlos con holgura y no permitir que se repitan momentos de incertidumbre o dudas razonables por zancadillas de la vida diaria, porque hay que seguir aprendiendo de nuestra historia vivida.

Continuar con la tarea de olvidarse de todo y volver a caer es una pérdida de tiempo y energía que podríamos emplear en mejorar nuestras relaciones y fortalecer nuestros vínculos, almacenar nuevas experiencias y descubrir espacios para el crecimiento personal.

No sigamos con la tarea de caer como el burro, sino de seguir siendo animales con un raciocinio perspicaz y sin imprevistos coyunturales que nos asombren y condicionen, porque parte de nuestro tiempo hemos de emplearlo en conocernos y en observar, en descubrir y en evitar, de tal suerte que el camino sea más fácil y podamos seguir haciendo camino al andar, dejando una estela que pueda servir de ejemplo para que otros también sean capaces de andar sin tropezar y mirar sin sorprenderse.

Gracias a todos por seguir ahí, vuestro amigo que nunca os falla.



JUAN  

No hay comentarios:

Publicar un comentario