miércoles, 14 de noviembre de 2012

EN LA CALLE TE PUEDES HACER DIÁLISIS

La diálisis es un proceso de difusión de solutos y ultra filtración de fluidos, a través de membranas semi-permeables, mediante el que se extraen toxinas y el exceso de agua de la sangre, en un intento de sustituir la función del riñón o del hígado, muy enfermos, hasta que llegue la hora de un trasplante.

A veces estamos tan cargados de rabia y de vergüenza por nuestras propias actitudes que nos vamos al bar e ingerimos alcohol hasta caer al suelo o le damos treinta patadas al para-choques del primer coche que encontramos en la calle.

Cuando discutimos y no hallamos el consenso tenemos conatos de levantar la mano y suspirar para detenerla, al mismo tiempo, ingurgitando las venas que se nos notan en el cuello y apretar los dientes para evitar que salgan palabras repelentes e improperios disonantes.

Si todo va mal y encima lo complica una lluvia pertinaz o el reclamo porque algo se nos olvidó, buscamos un rincón para llorar o golpearnos la cabeza, creyendo que algo se va a mover dentro y nos va a permitir sonreir antes las adversidades.

Hablamos por teléfono y las malas noticias nos cargan de energía negativa, nos desconocemos en nuestras reacciones cuando los imprevistos nos superan y nos sobrepasan, a pesar de que la monotonía nos provocaba lamentos diarios, pero la rapidez de los acontecimientos y el peso que hay que soportar para balancearlos es el motor de la desesperación y la insensatez que corre por nuestras arterias y se nos nota cuando se nos encienden los ojos y se erizan los pelos.

Caminamos tranquilos dándole vueltas a lo que vamos a hacer cuando lleguemos a la casa, cuántos besos vamos a repartir y las caricias que vamos a recibir como regalo, pero abrimos la puerta y la mitad están llorando, una cuarta parte de quienes esperaban nos reclaman que llegamos tarde y el que faltaba tiene diarrea que no se controla con la medicación de emergencia, por lo que la esperanza se convierte en intranquilidad y angustia, lo que nos despierta palpitaciones y dolor torácico, dificultad respiratoria y ansiedad.

Llegamos a trabajar y nuestro informe es refutado y anulado por otro punto de vista de alguien que tiene a todos de su parte o ha alcanzado un mayor nivel que nosotros, por lo que perdemos el hilo de nuestros actos y nos sentimos inclinados a protesta o a decir que queremos irnos de la empresa porque no se nos tiene en cuenta y no se valora nuestro quehacer diario.

Nos miramos al espejo y nos desconocemos en esos momentos en que no le encontramos sentido a nuestra vida, porque pasan los años y se suman las dificultades, nos aplicamos la filosofía del cangrejo con su locomoción hacia atrás y pareciese que todo lo adelantado se lo está llevando el viento y lo está empolvando de reflexiones existenciales que dan pena y tristeza, una agonía con la que no puede la tila ni la manzanilla.

Nos preparamos para hacer un viaje y nos encontramos inmersos en un ambiente que distorsiona nuestro proyecto de vida, rodeado de personas accidentadas o gente disconforme con el momento que les ha tocado vivir, en el hoy y el ahora, abandonado en algún rincón del mundo por algún secuestro o hundido en el fango de una guerra para la que no se dio ninguna cuota para que empezara y te sube un ácido del estómago que te ahoga, porque se abrió la úlcera que durante tanto tiempo te preocupaba.

Para liberarte de tantas toxinas hay una diálisis y es gratuita, pues tienes que seguir los siguientes pasos:

                     1. Sal a un lugar donde haya aire fresco y luz del día.
                     2. Mira a quien se encuentre igual que tú (él es tu máquina de diálisis).
                     3. Pregúntale qué hace para no desesperarse como tú (es el líquido de diálisis)
                     4. Escúchale atentamente y sigue sus consejos (es el proceso de diálisis)
                     5. Respira hondo y cierra heridas (es como sacarse el catéter de la fístula). 

Por todo ello, no creas que los tratamientos están en los mejores hospitales sino en los rincones más obscuros, donde la gente que ha pasado por todo lo malo está esperando a alguien como tú para contarle su experiencia de vida y saber que ha podido ser útil en la vida de los demás, esa es la verdadera diálisis social, la que todos necesitamos para tomar menos medicamentos, morir más tarde e intoxicarnos menos con tratamientos.

Gracias por seguir siempre ahí, tu amigo que nunca te falla.



JUAN

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