sábado, 15 de septiembre de 2012

HAZ UNA COPIA DE SEGURIDAD DE TU HISTORIA DE VIDA

Conforme vamos creciendo acumulamos experiencias de vida, moldeamos nuestra personalidad y nos enfrentamos a nuevos retos, con lo que estructuramos una forma de ser y estar que condiciona nuestra vida de relación y delinea nuestro perfil profesional, pero tenemos tendencia a olvidar nuestro pasado y a las personas que formaron parte de él.

Ahora mismo somos porque hubo seres humanos que se preocuparon de nuestra formación y nuestro desarrollo integral, en el plano familiar y educativo, en el fomento del ocio y en nuestra visión del mundo, en la orientación religiosa y como pedagogos de nuestra existencia, pero hay una tendencia a olvidar porque creemos que hemos llegado a donde estamos por obra y gracia de algún espíritu benévolo.

Hay que reflexionar sobre nuestros orígenes, en la esencia de nuestra misma razón de ser y escribir este relato, guardando la confidencialidad en una copia de seguridad, un modo de recurrir -como material de consulta- para que nunca olvidemos de dónde venimos y quiénes somos, ya que la fama, el orgullo, las oportunidades o las rivalidades nos mueven a un terreno resbaladizo donde pareciese que nos sentimos más seguros si renegamos de nuestros orígenes y nos olvidamos de los nuestros, de nuestra tierra y de aquellos abrazos que nos fortificaron, algunas lágrimas que nos edificaron y todos los momentos que nos construyeron.

A veces no queremos pronunciar la palabra de nuestro pueblo porque no se acomoda a nuestro espacio de convivencia, olvidamos nombres de seres queridos porque no acostumbramos a repetirlos y a acordarnos de ellos, se nos pierden las fechas clave y especiales para acordarnos porque no dejamos un momento para el calendario de los nuestros y corremos con las piernas cuando hay que caminar con los sentimientos más profundos, los que nos arrastran a ese pasado en el que íbamos creciendo porque teníamos amor y apoyo a nuestro alrededor.

Es inverosímil que alguien descuide el teléfono para llamar o el correo para intercambiar, el celular para recibir y el messenger para recordar, porque el mundo de la globalización no puede destruir, en un instante, el cúmulo de experiencias con las que pudiste crecer en libertad, quizás en un pequeño pueblo o en la serranía, junto al mar o en algún rincón del bosque más oculto y de las que te debes sentir orgulloso si las traes a la memoria y las reconoces como tuyas.

Un buen sueldo no puede opacar un mejor consejo en tu infancia o las manos de tu madre arropándote, ese rincón de la casa donde ibas aprendiendo a construir tu propio auto-concepto y aquella calle donde corriste por primera vez, cargada de naranjos y espacios abiertos, respirando el aire puro de una niñez sin complejos.

Ser considerado y aceptado socialmente no implica que tu posición sea más relevante que el almuerzo preparado por tu madre o los paseos en familia, el cariño desinteresado de tus hermanos o el frío de la calle, porque era la tuya, donde naciste y viviste hasta que la vida te reubicó físicamente en otro lugar y en otra realidad. 

Soñar en regresar a tus raíces exige tener una copia de seguridad de quién fuiste y dónde viviste, de dónde vienes y a dónde deseas retornar, porque la historia de vida no puede olvidarse si queremos afrontar nuestro propio futuro, por eso te pido que lo hagas cuanto antes y que ante la menor vacilación o duda la leas y la repases, sólo así se puede regresar a ese vientre de historia que te va a cobijar y a aceptar porque eres parte fundamental del momento que te tocó vivir.

Recuerda siempre que para sentir hay que estar predispuesto a recibir por los sentidos y las experiencias pasadas son las que te permiten reconocer los estímulos y ahí eres capaz de revivir tu propia historia de vida, pero si has aprendido a sentir con nuevos estímulos y ya no recuerdas los aromas y las entonaciones, los ruidos y los silencios que te engendraron y te maduraron, debes leer esa copia de seguridad para que puedas volver a ser un ser humano con historia pasada de vida, algo fundamental para crecer en el día a día, donde hay muchas otras personas que influyeron y despertaron en ti las oportunidades de las que hoy disfrutas y por las que has podido llegar  a ser lo que eres.

Gracias por estar siempre ahí. 


Juan. 

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