miércoles, 12 de junio de 2019

HABLEMOS DE LAS MEDIAS VERDADES


Escuchamos que las crisis son determinadas por los grandes cambios que imprimen los comportamientos de los grupos humanos, para no decir que son los reductos de falsos líderes los que propician su estancamiento y deprimen el desarrollo integral de los que más necesitan del crecimiento global.

Se dice que el mundo está de luto cuando muere un personaje, del que se hablan esas medias verdades que lo hacen siempre grande, pero voluntariamente se olvidan de las miradas que provocaron divisiones y las decisiones que tomaron para detener las grandes verdades, transformándolas en oportunismos de dobles mentiras.

Amanecemos con noticias de vacíos que nunca fueron rellenados, pero sigue habiendo recurso para llenarlos de aparentes normas improvisadas.

Nos quejamos del niño que no progresa y encontramos al educador que tiene miedo de avanzar.

Observamos el río que agua lleva y descubrimos que son las piedras arrastradas las que suenan.

Pensamos en agrandar el mundo para darle cabida a todos, desde nuestros corazones solidarios y nuestras mentes siguen pensando en reductos y reservas, cotos y fronteras.

Agradecemos que la educación esté al alcance de todos, porque es fruto de un conocimiento global, pero se transforma en particular para seguir concentrando el poder en quien siga teniendo la información para manipular.

Violamos constantemente nuestra soledad cuando pretendemos apropiarnos del silencio, gritando que nadie se acerca y, cuando lo hace, procuramos arrinconarlo porque sentimos otra presencia.

Nos cansamos del paso del tiempo porque nos atormenta la vejez y, cuando somos viejos, desconocemos a quienes no aceptan los consejos de la experiencia.

Desconocemos las huellas cuando se sienten mutiladas porque queremos vivir en un mundo de "seres humanos enteros", pero cuando nos falta un soporte nos acercamos a la sociedad para aplaudir su gesto solidario con nosotros.

Vemos el horizonte como el final del mundo, porque no somos capaces de acercarnos y hablarle al oído y luego hablamos del horizonte para criticar lo mal que funciona el mundo cuando todo se desdibuja en la distancia.

Queremos que los que nos sigan aprendan a ser libres y apaleamos su libertad porque no se parece a la nuestra.

Hablamos de la paz como una necesidad y, cuando es tan necesaria, hablamos más de la guerra tan mísera y cruel, para que el mundo elimine a quienes consideramos innecesarios.

Dibujamos la paloma para sensibilizarlos con el dolor ajeno y cuando se acerca a nosotros el hambre y la miseria empezamos a considerar ajena a la paloma

Estas son las medias verdades que pronunciamos para callar las dobles mentiras.

Tu amigo, que nunca te falla




JUAN 


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