jueves, 19 de julio de 2018

AHORA ES DESPUÉS


Siempre pensamos que es el minuto cero y que este "ahora" va a determinar nuestras vidas por la esperanza que ponemos en nuestros pasos y, con frecuencia asombrosa, nos quedamos estancados en el sueño de lo que está por venir.

Pensamos que es momento de tanta felicidad, al armar nuestro recorrido sin haber dado un paso siquiera, que el cuerpo no se atreve a inclinarse hacia adelante.

Es curioso encontrar en nuestra conversación diaria palabras como "voy a hacer esto" o "tengo un proyecto", porque nos da un aire de emprendedores sin habernos comprometido con nada ni con nadie.

Sin embargo, avanzar en silencio y dar un paso de gigantes, asumiendo las consecuencias, implica un coraje especial para poner en marcha nuestros deseos y caminar desde los sueños a la vida real, porque de esos empujones de valentía se debe rodear todo ser humano dispuesto a transformar el "ahora en después".

Hacerlo significa exponerse, pero en la actitud está implícito el ejemplo que transmite a los demás y el aprendizaje que se va desparramando por doquier y que ayuda a otros a armar su propio proyecto con precaución o cautela, porque en quienes ya están en marcha encontró modos y maneras de enfrentar las verdades que hemos de saludar en cada tropezón de esta vida tan corriente.

Valoro los sueños como propuestas, pero tienen más esencia las opciones realizadas que fueron oportunamente soñadas, las que fueron capaces de cambiar el "ahora" sin riesgos por el "después" sin melancolía.

Cuando todo va quedando atrás es cuando se puede escribir un segundo de historia en nuestras vidas que, al fin y al cabo, es el relato consciente y manifiesto de la capacidad que tuvimos de armar proyectos de vida cortos y secuenciales, en un afán por dejar atrás las intenciones y abrazar las oportunidades con ilusión y capacidad de lucha.

Se puede escribir un libro sobre las propuestas, para aprender a diseñarlas, como una voz en el "ahora", pero se lee con más pasión la página que describe lo que fue y en ese "después" se encierra el secreto del caminante que hace camino al andar.

Hay que llevar las buenas ideas a la musculatura del corazón para que ponga en movimiento toda la arquitectura de las buenas intenciones para desarrollar esos fogonazos de luz en nuestras vidas, porque en el "después" valoraremos más aún la dureza del recorrido que se emprendió para alcanzar esa meta que consideramos trascendental en aquel momento de nuestras vidas.

Tu amigo, que nunca te falla




JUAN 


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