domingo, 12 de agosto de 2012

EL ALCOHOLISMO, UN TEMA DE PAREJAS

No somos individuales para muchas cosas, aunque creamos que así podemos lograrlo todo y en algunos fenómenos sociales, como el alcoholismo, la presencia del número "2" es una constante que persiste en toda su historia natural.

Tras la primera copa, hace falta una segunda para que empieces a perder el control o se ponga en marcha tu capacidad de auto-control en la bebida, porque la primera te deja un sabor agridulce que puede motivarte o alegrarte el momento.

Son necesarias, al menos, dos personas para desinhibirte y lo que todo empezó por una decisión de pasar un rato, continúa por una intromisión imprudente en la vida del otro, hasta que se termina con una confesión de parte, un saco donde se vomitan los secretos y las miserias de cada cuál, con el propósito de liberarte de tensiones y huir hacia ese espacio donde quedas ligero de circunstancias y puede ser más llevadera la vida de ese momento.

Cuando caes muy profundo y la angustia y la humillación te van consumiendo, alejado de los demás y menospreciado por todos aquellos que decían ser tus amigos, hace falta la segunda persona que te eche en cara tus errores y tu presentación espeluznante ante la sociedad, el rastro de desesperación y abandono en el que estás dejando a tus apellidos y el irrespeto con el que te sumerges en la trama de vocabulario y arrinconamiento que te consume y te auto-margina.

Cuando parece no haber salida, como si no se hubiese extraído alguna moraleja de la primera caída, te dejas llevar una segunda vez y caes más abajo, donde ya no hay pudor ni dignidad, hundiendo tus pasos en el asco y el hastío, rebotando de imprudencia y con gestos de repudio y ahí, después de esa recaída, la número 2, te das cuenta que ya exploraste hasta lo impredecible y es hora de aceptar tu condición de alcohólico.

Pero, a pesar de todo, siempre va a haber una segunda persona que se va a compadecer y aún no perdió un miligramo de solidaridad, para acompañarte a algún lugar y en cualquier consultorio, para que puedas transmitir tu decisión a ese otro profesional, con el que vas a conformar la pareja ideal de la relación médico-paciente, una relación nuevamente entre dos.

Estoy seguro que ahí te va a sugerir internarte en un centro de rehabilitación, donde el número dos es una constante, pues la terapia se basa en conversar con otro ser humano, en tus mismas circunstancias, para que ambos derramen su pasado en el otro, quien escucha atentamente porque sabe que a continuación van a tener la misma actitud con él, esperando encontrar en la experiencia de tu oyente la paz y la tranquilidad de saber que no estás sólo-a y que si hubo esperanza en su vida también la va a haber en la tuya.

Cuando inicies el camino, vas a hallar quien pasa desvalido y abandonado y tú vas a correr a apadrinarle, para apoyarle y sujetarle, enseñarle el camino y abrirle oportunidades, porque todo en la vida del alcohólico es una tarea de dos y al final te lo va a agradecer.

Cada año te van a recordar, en el grupo de alcohólicos anónimos, que eres grande y valiente y para eso debe haber una persona, que quizás antes fue tu compañero, que te va entregar un diploma, un vaso de manzanilla y un pedazo de torta, porque ese otro es tu complemento en ese momento.

Y luego te quedará, de por vida, pedir perdón a quienes hayas hecho algún daño o hayas herido, por lo que tu existencia es una penitencia de encuentros de dos en dos, para mirar a los ojos y decir "perdóname", con lo que cada día estarás aspirando a ser mejor y más íntegro, mejor ejemplo y camino para quien te venga, algún día, a decirte "gracias por lo que supiste enseñarme, con tus silencios y tu constancia" y ahí, sólo ahí, habrá empezado tu recuperación, porque ese otro ser anónimo fue necesario para engrandecer tu lucha. Al fin y al cabo, todo es tarea de 2, una pareja tan necesaria como imprescindible, en el camino de inicio y recuperación, alborotos y recaídas, de la vida de un alcohólico anónimo.

Gracias por seguir siempre ahí. Un fuerte abrazo.


Juan Aranda Gámiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario