martes, 5 de febrero de 2013

¿CÓMO DEBIERAN SER LAS MUESTRAS?

Cuando somos pequeños y vamos a la escuela nos sientan en un pupitre y nos enseñan los primeros pasos para leer y escribir, pero lo hacemos sobre frases hechas que nos describen un mundo ajeno, de colores y casi celestial, aunque nunca comprobemos que eso fue cierto y tenemos que copiar mil veces el encabezado de la página, con buena caligrafía, sin saber si lo que está escrito será cierto o no.

Recuerdo esas libretas en las que se aprendía a escribir "bien", repitiendo eufemismos como estos 

            "Sólo soy un niño" y más adelante descubrimos que debería haberse escrito "Soy un ser social",                      porque hay que aprender a socializar desde las etapas más tempranas de nuestras vidas y a descubrir en el otro lo que no alcanzas por ti mismo.

               "Vivir es comer y dormir", cuando debería haberse escrito "Vivir es valorar la vida y los valores", porque en la convivencia con respeto está el secreto para seguir viviendo como un ser social.

              "Todas las personas son buenas", cuando debería decirse "Todas las personas tenemos los mismos derechos" y así evitaríamos luego la violencia de género y la criminalidad, las violaciones y la humillación, si aprendemos en la infancia lo que compartimos con todos.

             "Dios hizo al hombre y a la mujer de una costilla", debiendo cambiarla por "Dios hizo al hombre y a la mujer para vivir juntos", porque se espera que la vida en pareja sea un proyecto de dos, que nacieron a la par y en el mismo momento, sin diferencias conceptuales ni etimológicas, religiosas ni de forma.

             "La cigüeña trae a los niños", debiendo cambiar esta expresión por "La mujer se embaraza para que los niños nazcan" y estemos descubriendo este misterio de la vida desde la escuela, donde deben surgir preguntas sobre verdades no encubiertas ni a medias.

            "Es pecado decir malas palabras", pudiendo cambiarla por "No hay malas palabras con buenos ejemplos" y así nos hubiésemos evitado periodos de crisis y de falsas promesas, de secretos escondidos y de hurtos a la razón y al dolor ajeno, persecuciones y actitudes vergonzantes.

             "Mi hija es una muñeca", cuando fuese obligado cambiarla por "Mi hija está viva y la muñeca no", porque tenemos que aprender a vivir y no a quedarnos inermes adornando el continente para olvidarnos del contenido que se va generando todos los momentos de nuestro recorrido en esta vida, pues para construir una personalidad hay que emprender el recorrido de vivir a plenitud.

             "Todos los papás son buenos" y ahí cambiaría por "Todos los papás debieran ser buenos en su hogar", porque no todos son buenos y si alguno pega lo aceptamos porque "son buenos" y debemos proponer en los hijos esa voz de alarma y protesta cuando no hay actitudes coherentes con la verdad de ser padres.

               "Las niñas con las niñas y los niños con los niños", pero esto debiera cambiar por "Todos somos iguales y así lo consideraremos por siempre", porque tener dos tetas o un pene no nos hace diferentes en nuestra realización personal ni en nuestras aspiraciones, en los derechos que tenemos y en los deberes a los que estamos obligados.

               "El trabajo callado y sumiso dignifica", nos obliga a modificar por "El trabajo nunca debe buscar someter ni acallar, dignifica compartir y aportar", porque así se necesitarían menos reformas laborales si ya sabemos las bases de una convivencia laboral para forjarnos un futuro, sin ganar el pan con el sudor del de enfrente.

               "La política es para quien vive de la política" y estamos tardando en rectificarla y escribir una muestra con esta frase "La política es una profesión de servicio y entrega a los demás", porque quien haga esta caligrafía respetará a los demás y no violará ninguna opción de engrandecerse antes de permitir que otros superen sus necesidades y hablará para cumplir y no para conseguir votos.

                  "Hay que tener amigos y no enemigos", pero yo la cambiaría por "Todos seremos amigos y enemigos, porque de todos se aprende". Aprender a ser un buen enemigo nos ayuda a ser mejores contrincantes políticos y en el terreno profesional, dignificando la competencia, evitando complejos e impulsando la superación personal.

                   "Yo soy el ser más rico del mundo" y habría que re-escribir "La estupidez humana radica en considerarse rico si no se conoce la verdad del pobre". Esto nos condicionaría a hacer más viajes anónimos y posar en menos fotos, participar de más grupos de auto-ayuda y tener menos consideraciones de seres indispensables, cuando creemos que podemos ser consultores de todos y ejemplos de nada.

                     "En la calle no caben los cabreados ni los diferentes" y hay que modificar por "La calle es un lugar de seres singulares y diferentes", porque así aceptaríamos a personas con otra identidad sexual y otras razas, otra condición social y otra apariencia.

                     "Yo soy yo y mis circunstancias", creo que habría que cuestionar a Ortega y Gasset para decirle "Yo soy la consecuencia de las circunstancias que afectan al grupo al que pertenezco" y eso no nos haría vagos de actitudes, pues nos preocuparíamos por mejorar las circunstancias del grupo, participando activamente en su desarrollo, con lo que inconscientemente estaríamos aportando al bien común y nos sentiríamos indirectamente beneficiados. Nuestras circunstancias son temporales y las del grupo pueden permanecer en el tiempo si no hacemos nada por el otro, por el que tenemos al lado.

Redactemos libretas de caligrafía acordes a nuestros tiempos, porque creo que las nuevas generaciones, las que están arrancando, merecen tener a mano otras libretas y otras muestras, donde se pudiese hacer referencia a:

                 Conflictos mundiales 
                 Pobreza en el mundo
                 Indiferencia ante el color de la piel
                 Derechos universales
                 Verdad del ser humano  
                 El dolor y el entusiasmo

Sólo así estamos contribuyendo, desde el Jardín de Infantes, a construir un mundo diferente, aprendiendo a ser niños y a redactar caligrafías. Dios quiera que algún día, cuando sigamos escribiendo muestras, cuyo encabezado diga "Vivimos en un mundo de problemas por los pecados", algún niño prodigio de 3-5 años escriba el siguiente renglón sin seguir nuestra muestra y ponga "El único pecado es no hacer nada por los demás en este mundo, desde la verdad de los corazones humillados por la indiferencia y la distancia entre seres humanos iguales", porque eso nos haría reflexionar y despertar a la vida, algo que nos está haciendo, hoy día, más falta que nunca.

Vuestro amigo, que nunca os falla.



JUAN

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